Guerra |
Para neutralizar primero y abatir luego a quienes expresamente postulaban, en la década del setenta del siglo
pasado, la guerra como atajo revolucionario y la consigna de matar y morir como lema de militancia, algunos miembros de
las Fuerzas Armadas --incluidos los oficiales de la Marina que acaban de ser injustamente condenados-- recurrieron a
métodos crueles. Pero más allá de los espantos de cualquier guerra, jamás renunciaremos a vocear a los cuatro vientos,
para provecho de tantos desmemoriados, que por fortuna la guerra contra la subversión setentista se ganó. La ganaron
nuestras Fuerzas Armadas y conjuraron así el peligro de todas aquellas cosas que iban a ocurrir en caso de perderla (y
de las que hoy nadie se preocupa porque no llegaron a ocurrir). Perderla, aún con métodos mejores, habría sido
catastrófico. Porque los derrotados deseaban emular a Fidel Castro, a Mao y a Lenin y convertir a la Argentina en otra
Cuba.
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La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1