| Jueves 14 de julio de 2011 | |||
| EDITORIAL |
| Asco |
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La histeria ha estallado entre los feligreses progresistas. Perplejos por el aluvión de votos que sepultó al kirchnerismo en la Capital Federal, en lugar de ensayar una severa autocrítica han cargado de insultos a buena parte de los porteños. Esta vez las figuras estelares de esa tribu donde conviven políticos, intelectuales y actores en dulce montón, han sido Aníbal Fernández, Ricardo Forster y Fito Páez. Los tres, palabras más o menos, se han agraviado porque la gente no sufragó como ellos hubieran querido. Fernández, siempre tan locuaz, trató a los macristas de infradotados; Forster, siempre tan engreído, cargó contra la derecha privatizadora --culpable, según él, de la derrota de Filmus-, mientras Páez dijo que le daba asco la mitad de Buenos Aires. ¡Vaya con la lógica del progresismo nativo! Defiende al gobierno más corrupto de la historia argentina y pierde los estribos ante la decisión del pueblo soberano. ¿O sólo será soberano cuando vota por Cristina Fernández? |