Mariano De Vedia
Lunes 23 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa
Mientras en todo el mundo se multiplicaron los gestos de acompañamiento y adhesión a la beatificación de Juan Pablo II, en la Legislatura porteña se rechazó el pedido para tratar sobre tablas una declaración que expresaba el beneplácito de la ciudad de Buenos Aires por el reconocimiento al recordado mensajero de la paz.
El proyecto había sido presentado por el diputado Ezequiel Fernández Langan (Pro) en la sesión del 12 de mayo y ni siquiera se habilitó su tratamiento, cuando proyectos similares avanzaron en la Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación.
Quizá las intrigas y mezquindades políticas de legisladores enfrascados en el armado de las listas con vistas a las elecciones del 10 de julio relegaron el tratamiento de la iniciativa.
Sí fueron aprobados sobre tablas, en cambio, proyectos para adherir al Día del Trabajador, declarar huésped de honor a la escritora Rosa Montero y al cantante Raphael, autorizar el montaje de una muestra sobre Héctor J. Cámpora en una galería de la Legislatura y declarar de interés cultural el disco Canción de cuna.
La diputada porteña Victoria Morales Gorleri (Pro), que preside la Comisión de Educación, recordó que "en esta misma Legislatura se manifestó el pesar por el fallecimiento de Juan Pablo II y declaramos visitante ilustre al Dalai Lama". Derivado a comisión, es incierto el destino del proyecto.
Así, aunque muchos porteños no se enteraron, la ciudad de Buenos Aires no consideró de interés expresar su beneplácito por un acontecimiento que trascendió la esfera religiosa y que el 1º de mayo último reunió en Roma a 22 presidentes y jefes de Estado del mundo y 1,5 millones de fieles.
La negativa de los legisladores porteños prevaleció en un mes muy identificado con la figura de Juan Pablo II.
Además de la fecha de su beatificación, el 13 de mayo, un día después de la sesión, se cumplieron 30 años del atentado al papa polaco en la plaza de San Pedro -un mosaico con la imagen de la Virgen recuerda el lugar exacto donde el pontífice cayó herido gravemente, en agradecimiento por la protección de María- y el miércoles último Karol Wojtyla hubiera cumplido 91 años.
También en mayo, en el año 2000, presidió una conmemoración ecuménica por los testigos de la fe en el Coliseo romano y beatificó a los pastorcitos de Fátima, Francisco y José Marto.
El autor del proyecto lamentó que no se avanzara en el reconocimiento de "un hombre que bregó por el diálogo y el encuentro interreligioso, promovió la diversidad cultural, difundió siempre un mensaje de paz y dio, como nunca antes, un lugar a la juventud".