Bergoglio lleva al Vaticano la interna de la Iglesia argentina
09/02/11 Busca estrechar su relación con el Papa ante el avance del sector conservador.PorJulio Algañaraz
Lamiéndose aún las heridas por la derrota sufrida con la ley de matrimonio homosexual, el cardenal Jorge Bergoglio y los otros tres obispos de la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina serán recibidos por el Papa “tal vez hoy, tal vez mañana”, confirmaron en el Vaticano. Antes, el encuentro del grupo es con el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, quien tiene a su cargo el manejo operativo del delicado tema de la interna de los obispos criollos y del presente y futuro de la iglesia argentina.
Acompañan al arzobispo de Buenos Aires los vicepresidentes, arzobispos Luis Villalba (Tucumán) José María Arancedo (Santa Fe) y el secretario general, monseñor Enrique Eguía, auxiliar de Buenos Aires.
En el Vaticano no faltan los recelos, las desilusiones y manipulaciones de los que mueven los hilos del poder.
Bergoglio y los suyos han venido a “puentear las interferencias” y a explicarse con los “ministros” de los dicasterios de la Curia, con el cardenal Bertone y con el mismo Benedicto XVI. La corriente de centro que gobierna la Conferencia Episcopal ha debido luchar a brazo partido con la línea conservadora interna, cuyo líder es hoy el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quien cuenta en Roma con poderosos amigos.
La corriente de centro que en una época lideraba el hoy cardenal Estanislao Karlic, prevaleció durante la gestión de Bergoglio, que hoy afronta varios peligros tras haber combatido y perdido, dentro y fuera de la conferencia episcopal, en favor de una línea menos intransigente de la que sostuvo el arzobispo Aguer en la cuestión del matrimonio gay.
En el Vaticano predomina netamente la posición ultraconservadora del Papa, contrario a cualquier cesión en lo que llama la defensa de los “grandes valores”, sobre todo en el campo moral (casamiento tradicional, aborto y bioética).
En noviembre los obispos decidieron que la Cúpula viajara a Roma a dar explicaciones y tantear el terreno.
En el horizonte, el próximo noviembre se presenta complicado porque habrá que elegir un nuevo presidente de los episcopales y Bergoglio ya no podrá seguir en el cargo. El cardenal cumplirá 75 años en diciembre y deberá renunciar, como establece el derecho canónico. Estas circunstancias dramatizan la cuestión interna.
“Las cúpulas de los obispos vienen aquí cuando hay crisis”, dijo a Clarín un viejo monseñor del Este europeo ya jubilado en el Vaticano, que sabe mucho de estas cosas. “A veces los llama el Papa, como fue el caso de Irlanda tras la oleada de casos de pedofilia”. Y a veces “vienen solos”, como en el caso de los argentinos. Pero siempre hay razones de peso, porque estas visitas no están previstas en los protocolos vaticanos . Los obispos ven al Papa obligatoriamente cada cinco años, en las visitas “ad limina apostolorum”.
El cardenal Bertone examina el dossier argentina con tres frentes informativos. En primer lugar los informes que manda el nuncio en Argentina, monseñor Adriano Bernardini, un conservador que llegó a Baires en la época del cardenal Sodano y sigue allí. Después está el frente de los conservadores, que juega sus cartas en el nombramiento de nuevos obispos. Y el Frente Central, que es la conducción de los episcopales, con la Comisión Ejecutiva presidida por Bergoglio.
La impresión es que los conservadores han logrado instalar en las cumbres vaticanas dudas acerca de la fragilidad de la dirección de la Iglesia argentina.