Media hora después de que el «papamóvil» haya circundado por segunda vez el perímetro de la Sagrada Familia y haya enfilado la calle Mallorca camino del Arzobispado, los cientos de fieles que hay solo en uno de los tres pórticos de la Basílica, el de la Fachada de la Natividad que ha vivido en primera persona el rezo del Angelus por Benedicto XVI, no se mueven de este lugar.
Los fieles han seguido la homilía a través de pantallas gigantes colocadas fuera de la Sagrada Familia
A paso de tortuga se despejará la zona pero la comunidad cristiana que ha escuchado al Papa parecen no querer irse. Apegados a las palabras que ha pronunciado Su Santidad se sienten Vicenç Costa y Rosa, su mujer operada de un cáncer de endometrio hace un año y medio. Tienen 7 hijos, 12 nietos y su hija mayor, Rosa María, de 37 años, va camino del undécimo. Esta gran familia ha ocupado un lugar de excepción en la visita del Papa a este templo obra de Antonio Gaudí que, para Vicenç, representa «una Biblia parlante». «Hemos pedido a Dios, nos hemos encomendado a él a través del Papa, porque en estos tiempos de crisis económica, nosotros también hemos pasado muchas dificultades y las seguimos pasando, pero le pedimos que la gente sea capaz de afrontarlos con fe, como hemos hecho nosotros. La fe no te soluciona el problema, pero te da paz para encararlo».
Rosa confiesa que sentía una «enorme ilusión» por ver a Joseph Ratzinger en persona y en su querida Cataluña. Vienen de un pueblo a 17 kilómetros de Barcelona, Sant Vicenç dels Horts, y dicen que son “muy catalanes”, por eso no les agradan las imágenes y protestas que encarna solo una parte de la sociedad de esta tierra. “Para nosotros, Jesús es fundamental”, confiesan. Y postergan su creencia de que a Benedicto XVI “le convenía” este viaje.
Cataluña «convenía» al Papa
Muchos, muchísimos catalanes, son hoy los que aluden a la catolicidad de su tierra preguntados por ABC. Por ello, coligen que a Cataluña también le «convenía» la visita Papal. «Algunos se han empeñado en proyectar una imagen de país laico, de sociedad progre, dejando de lado los verdaderos valores. Quieren exponer al católico como falta de libertad y esclavitud, pero la libertad no es esclavitud al vicio y el consumismo -como ha dicho el Papa en el Angelus-».
Parafrasea el rezo magistral de Benedicto XVI Francisco Redondo, un joven que ha venido a escuchar a Su Santidad a este frontón principal de la Sagrada Familia acompañado de su mujer y varios parientes. Estampa viva de una familia católica, Francisco y Katia Canut, embarazada de 5 meses y con 7 de casados, piensan darle al bebé los hermanitos «que Dios quiera» y se han quedado, como si hubiesen llevado una grabadora, con los mensajes del Papa en la cabeza. Francisco repite el «aviso al Estado español que ha pronunciado Su Santidad dentro del templo». Esa advertencia recala en leyes, como la del aborto, contrarias a la «unión trascendental para el ser humano, que es la familia y el matrimonio».
Tras estas familias, se adivina un grupo de jóvenes, que corean a voz en grito «Ésta es la juventud del Papa» y uno de ellos susurra: «Soy adicto a Benedicto». Pone el rostro al grupo procedente del Colegio Mayor Mendaur de Pamplona Fidel Alonso, un bilbaíno estudiante de Periodismo que secunda otro de los mensajes que hemos extraído en la visita Papal a Barcelona: «La juventud está con este Papa. Queremos darle nuestro apoyo también, y proclamar que ser católico y joven no es incompatible. El lema debe ser que puedes ser joven, salir, tener amigos y ser católico», completa.
Pancartas catalanas y la bendición papal
Una enorme pancarta de “Benvingut” colgada en la tribuna de las televisiones y otra con el lema “Arrels Catalanes Cristianes 100x100” (“Raíces catalanas cristianas cien por cien”) saludan al Papa a su salida al palco azul con flores blancas y amarillas desde el que ha pronunciado el rezo del Angelus frente a la multitud, que le ha llegado a cortar en su oración cuando el Papa ha vindicado la familia.
Admirador de Gaudí
«La alabanza de hoy hecha piedra, con el Nacimiento de Cristo grabado en la fachada, es para las personas más humildes y sencillas. Gaudí pretendía llevar su obra a todo el pueblo, por eso construyó tres pórticos y una catequesis con el Nacimiento en esta Fachada», ha comenzado Benedicto XVI, mientras un enjambre de cámaras de televisión revoloteaba buscando el mejor emplazamiento para captar a Su Santidad. El Sol tapaba la óptica idónea para esta imagen histórica.
Vicenç se ha emocionado escuchando, entre otros mensajes, que hay que practicar la caridad con los más necesitados. Francisco y Katia han dado ejemplo y tienen gente de acogida en su hogar.
Predicará sus mensajes en el Niño Dios
Salvo en los momentos de cántico, la congregación enmudece ante el dictado del Vicario de Cristo. Solo el ruido de los helicópteros de seguridad impedía escuchar con nitidez el Angelus, del que el Papa se ha despedido con la sonrisa que no ha abandonado en todo el viaje. A este admirador de Gaudí, que ahora come en el Arzobispado y esta tarde predicará con el ejemplo en la Obra Benéfico-Social “Niño Dios” los mensajes de caridad al necesitado, de reivindicación de la familia y de la obra de la Iglesia que ha deslizado en su peregrinaje a Santiago de Compostela y Barcelona, se le ha descubierto realmente feliz esta mañana.
Frente a los niños discapacitados y con dificultades que atiende la obra dependiente de la Iglesia cuya sede está situada en el barrio de Guinardó, se verá al Pontífice «cariñoso» que jóvenes seguidores de Su Santidad, como Marta y Elena, destacan que es.