Sippenhaft. En criollo:”Portación de apellido”
“Estamos al tanto de lo sucedido y del fondo del problema. Porque es un problema que te impedirá seguir en esta casa. Se te considerará una infiltrada y por ende, serás discriminada…”
Carlos Manuel Acuña, “La hija del Suboficial”
Para nosotros, con la ligereza que nos caracteriza, siempre fue “portación de apellido”. Prólogo u epílogo según las circunstancias del “Por algo será”. Es simplemente hacerte pagar las culpas de un pariente, padre, hermano, hijo. El Sippenhaft, responsabilidad colectiva en alemán, era una de las bases jurídicas del terror nazi. Es decir que cualquier crimen cometido contra el estado debía ser pagado, no solo por el reo, si no que su entorno familiar debía pagar con su libertad, empleos, estudios o inclusive la vida el crimen cometido.
Hoy el sippenhaft se aplica en la República y, según las pruebas se emplea con diligencia en la Argentina. Carlos Manuel Acuña lo cuenta brillantemente en su artículo “La hija del Suboficial”. En él relata como a Roxana Manzanelli, hija del Suboficial Mayor Manzanelli, - hoy preso de Bouwer por defender a la Patria de la agresión subversiva – las autoridades de un centro universitario le impidieron continuar sus estudios allí. Asombrosamente, el uso clandestino del sippenhaft ya no es privativo del ministerio de defensa, ahora es una institución privada - de la que habría que averiguar si no tiene subsidio oficial – la que ejercita su “derecho a, sippenhaft mediante, discriminar.
Sin embargo, no es nuevo el uso del sippenhaft en Argentina, lo que sorprende es esta aplicación particular del mismo, porque desde tiempo atrás la ministro de defensa, esa guerrillera que hizo su carrera armada loando a la “patria socialista” y que según fotografías discurría por el monte tucumano bajo el lábaro de la estrella roja y el barbudo de las camisetas, lo aplica con éxito en las FF.AA. ante la callada anuencia de los payasos a los que ha puesto a conducir (?) cada Fuerza. Meritorios oficiales han sido privados de su ascenso por el mero hecho de, no ya ser parientes, si no por tener un apellido similar al de algún “cuco” del pasado.
No asombra hoy el uso de instrumentos nazis en la Argentina. ¡Como va asombrar si las palabras del ministro de justicia Alak cuando dice: "Hay muchos Martínez de Hoz libres", remiten necesariamente a las que Hans Frank, ministro de justicia del III Reich dijera después de los juicio sumarios posteriores al atentado contra Hitler: “Aún no encontramos a todos los von Stauffenberg”.
No desconcierta hoy a nadie el uso mecanismos nazis en la Argentina. Lo que asombra es quienes son los que los han puesto en práctica. ¿Por qué, quien iba a imaginar que esos instrumentos del odio y la persecución iban a venir de la mano de estos que aún hoy siguen pregonando la necesaria vigencia de una “patria socialista”?.
JOSE LUIS MILIA