EL GOLPE
En la comunidad internacional se logró instalar la idea de que el gobierno del presidente Fernando Lugo está a punto de sufrir un golpe de Estado. Eso fue lo que se dijo en la última reunión de Unasur, llevada a cabo en Buenos Aires con la presencia del Presidente paraguayo.
Está a punto de ocurrir. Así se publicó en la prensa internacional y se repitió en la nacional, pero extrañamente la grave denuncia tuvo escasas y pequeñas reacciones en nuestro país, a pesar del tono alarmista de la información.
Ni siquiera el P-MAS, que está siempre muy atento a lo que se publica, atinó a reaccionar, y el Palacio de Gobierno, que sería blanco de semejante delito contemplado en la Constitución Nacional como tal, prefirió permanecer en el más absoluto silencio.
Los periodistas que cubrieron el encuentro de los presidentes sudamericanos en Buenos Aires afirman que antes de la reunión formal hubo una conversación a puertas cerradas de casi tres horas entre algunos presidentes, de donde salió la definición del rol que cumplirá Néstor Kirchner al frente de Unasur.
Había sido que el ex presidente argentino tiene aspiraciones de volver a ocupar el sillón presidencial de su país y sus asesores no solo vieron en Unasur la plataforma ideal para ello, sino también en los posibles temas que pueda manejar desde ahí, ya que este nuevo organismo –que no tiene aún la aprobación legal de varios países, incluido el nuestro– pretende tener un perfil más político que económico.
Justo ahí encaja el asunto del golpe de Estado, un tema sobre el cual nadie puede decir que esté de acuerdo, a no ser que en algunos de los países del continente se desate una dictadura indiscutible.
Pero el mandato que recibió Kirchner con relación a este tema es evidentemente “construir el río con tal de justificar el puente”, sobre todo en países como el nuestro que se ofrecen para recibir el apoyo paternalista de los mayores.
Kirchner –dice la prensa argentina– abordará la condena a los intentos de golpe de Estado en la región y tomará como propia la causa Paraguay. Asegura el ex presidente argentino que la situación de Lugo es muy similar a la del hondureño Manuel Zelaya “y está a punto de sufrir un golpe para quitarle de la presidencia”.
Esto ocurrió entre el martes y miércoles pasados, y los presidentes, sus asesores y cercanos colaboradores regresaron de Buenos Aires, seguramente con la idea de que al llegar a casa, en sus televisores CNN ya estaría transmitiendo en directo el asalto al Palacio de López, con las imágenes de Lugo en momentos de ser detenido por soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas.
Está a punto de sufrir un golpe significa eso. Pero no ocurrió absolutamente nada y quienes vivimos aquí y hacemos un seguimiento del proceso político, compartimos el análisis de los observadores de que las Fuerzas Armadas no solamente fueron institucionalizadas en esta transición, sino que además padecen de falta de caudillo capaz de conducir una movilización táctica de esa naturaleza.
Si era verdad la visión de Kirchner sobre nuestro país, ya deberíamos estar en estado de excepción, con varios políticos y militares detenidos, en el mejor de los casos. Pero Lugo se quedó mudo, ni confirma ni desmiente, lo que significa que en términos generales está de acuerdo.
¿Saben por qué? Porque él está convencido de que si desmiente a Kirchner, el cuento del golpe se desmorona y el cuento se constituyó, con su consentimiento, en la agenda futura más relevante de Unasur y en el caballito de batalla del discurso del ex presidente argentino en su nuevo rol de comisario político de las democracias suramericanas.
ebritez@abc.com.py
Está a punto de ocurrir. Así se publicó en la prensa internacional y se repitió en la nacional, pero extrañamente la grave denuncia tuvo escasas y pequeñas reacciones en nuestro país, a pesar del tono alarmista de la información.
Ni siquiera el P-MAS, que está siempre muy atento a lo que se publica, atinó a reaccionar, y el Palacio de Gobierno, que sería blanco de semejante delito contemplado en la Constitución Nacional como tal, prefirió permanecer en el más absoluto silencio.
Los periodistas que cubrieron el encuentro de los presidentes sudamericanos en Buenos Aires afirman que antes de la reunión formal hubo una conversación a puertas cerradas de casi tres horas entre algunos presidentes, de donde salió la definición del rol que cumplirá Néstor Kirchner al frente de Unasur.
Había sido que el ex presidente argentino tiene aspiraciones de volver a ocupar el sillón presidencial de su país y sus asesores no solo vieron en Unasur la plataforma ideal para ello, sino también en los posibles temas que pueda manejar desde ahí, ya que este nuevo organismo –que no tiene aún la aprobación legal de varios países, incluido el nuestro– pretende tener un perfil más político que económico.
Justo ahí encaja el asunto del golpe de Estado, un tema sobre el cual nadie puede decir que esté de acuerdo, a no ser que en algunos de los países del continente se desate una dictadura indiscutible.
Pero el mandato que recibió Kirchner con relación a este tema es evidentemente “construir el río con tal de justificar el puente”, sobre todo en países como el nuestro que se ofrecen para recibir el apoyo paternalista de los mayores.
Kirchner –dice la prensa argentina– abordará la condena a los intentos de golpe de Estado en la región y tomará como propia la causa Paraguay. Asegura el ex presidente argentino que la situación de Lugo es muy similar a la del hondureño Manuel Zelaya “y está a punto de sufrir un golpe para quitarle de la presidencia”.
Esto ocurrió entre el martes y miércoles pasados, y los presidentes, sus asesores y cercanos colaboradores regresaron de Buenos Aires, seguramente con la idea de que al llegar a casa, en sus televisores CNN ya estaría transmitiendo en directo el asalto al Palacio de López, con las imágenes de Lugo en momentos de ser detenido por soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas.
Está a punto de sufrir un golpe significa eso. Pero no ocurrió absolutamente nada y quienes vivimos aquí y hacemos un seguimiento del proceso político, compartimos el análisis de los observadores de que las Fuerzas Armadas no solamente fueron institucionalizadas en esta transición, sino que además padecen de falta de caudillo capaz de conducir una movilización táctica de esa naturaleza.
Si era verdad la visión de Kirchner sobre nuestro país, ya deberíamos estar en estado de excepción, con varios políticos y militares detenidos, en el mejor de los casos. Pero Lugo se quedó mudo, ni confirma ni desmiente, lo que significa que en términos generales está de acuerdo.
¿Saben por qué? Porque él está convencido de que si desmiente a Kirchner, el cuento del golpe se desmorona y el cuento se constituyó, con su consentimiento, en la agenda futura más relevante de Unasur y en el caballito de batalla del discurso del ex presidente argentino en su nuevo rol de comisario político de las democracias suramericanas.
ebritez@abc.com.py
8 de Mayo de 2010 21:35