El cardenal colombiano Darío Castrillón, uno de los primeros purpurados latinoamericanos designados por el fallecido Juan Pablo II para trabajar en la Curia Romana, acusó a la masonería de estar detrás de una campaña de desprestigio de la Iglesia Católica por los casos de pedofilia que han salido a la luz pública.
"No me da miedo decir que en algunos de los casos está por dentro la masonería, unida a otros enemigos de la Iglesia", dijo al respecto, y aseguró que hay una "persecución contra la Iglesia".
"Lástima que haya idiotas útiles adentro que se prestan para este tipo de persecución", agregó, tras asegurar que es "un delito pavoroso que un sacerdote abuse de un niño. La Iglesia lo ha condenado siempre", subrayó.
Sin embargo, puso en duda la veracidad de todos los casos denunciados al manifestar que hay víctimas que están "reclamando miles de dólares porque tuvieron un contacto sexual en ese momento. Tal vez hasta lo quisieron voluntariamente", acotó.
"Nosotros estamos con los que verdaderamente fueron víctimas. Nosotros queremos defenderlos. Juan Pablo II, ese papa santo, no se equivocó cuando defendió a sus sacerdotes para que no fueran, por motivos económicos, tratados como criminales pedófilos sin hacerles un proceso", destacó.
El caso provocó que Castrillón fuera marginado de oficiar una misa en latín, el sábado, para celebrar el quinto aniversario del pontificado de Benedicto XVI, pero los organizadores aseguraron que fue reemplazado para "mantener la solemnidad, la reverencia y la belleza de la misa". |
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