DOMININGO DE RESURRECCIÓN.
Resucitó como lo había predicho.Se ha cumplido su palabra. El hombre Dios aparece transformado. El corazón de los fieles late con emoción y se llena de regocijo. Este es el día del Señor, Aleluya.
Somos como navegantes que vamos al puerto de la eternidad. Hoy parece que divisamos la celestial Jerusalén; y ante su vista más próxima y más cierta, con insistencia repetimos nuestro canto dulcísimo de remeros, el Aleluya.
Y como para asegurar nuestro triunfo definitivo, San Pablo en la Epístola de este día, , nos exhorta a buscar las cosas celestiales que están donde está Cristo, a la diestra del Padre. Buscad se nos dice, las cosas de arriba: en las de la tierra. Acordémonos de lo que había dicho el mismo Señor ante sus amigos de Betania; “ Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, vivirá para siempre. “.Vivamos, pues, como el que pronto tiene que morir, , y preparémonoss a vivir como siempre tiene que vivir con Cristo en el cielo.
¡Felices Pascuas de Resurrección ¡. El Director