- Juan Carlos firma nueva ley abortista en España
- Vida Humana Internacional: Juan Carlos, excomulgado
- La vergüenza de la Conferencia Episcopal Española
- Causas de la triste situación de España
- Creciente simpatía por la legitimidad dinástica
- Pequeñas muestras: Facebook
Madrid, 5 marzo 2010. Ayer se conoció que, como era seguro, el Jefe de Estado constitucional, Juan Carlos, ha firmado (con fecha de anteayer, 3 de marzo) la nueva ley del aborto. Puede leerse en el Boletín Oficial del Estado (antigua Gaceta de Madrid): http://www.boe.es/diario_boe/
Confiado en el pacto de silencio que tapa sus vergüenzas desde la llamada Transición, el Usurpador no ha dudado en actuar siempre, pública y privadamente, en política y en negocios, contra la Fe, contra la moral, contra el derecho natural, contra los intereses de España y de los españoles. En esta ocasión ha gozado también de la exculpación y el apoyo explícitos de la Conferencia Episcopal Española, por boca de su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, quien --como informaba FARO en despacho anterior-- no ha dudado en incurrir en la más abierta heterodoxia por justificar a Juan Carlos. Nuevamente, así, el varias veces perjuro usa la fórmula "Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica". Como con la atea Constitución de 1978; como con las leyes del divorcio, del "matrimonio" entre aberrosexuales; como con las leyes de educación que han convertido a los colegios e institutos españoles en antros de perversión; como con la anterior ley del aborto --la defendida por el PP y HazteOír.org, entre otros-- con la cual España, en el más cruel genocidio de la historia, se convirtió en el paraíso mundial del aborto provocado. Juan Carlos ha incurrido en excomunión varias veces; le es indiferente. Es más: se diría que se deleita en ello, lo cual resulta coherente con la afiliación que se le atribuye a ciertas tenebrosas sectas, a las que pertenecían su padre y su bisabuelo y pertenecen destacadas personas de su entorno.
También anteayer, FARO informaba del llamamiento del presidente de Vida Humana Internacional (la más grande organización pro vida del mundo, con filiales en más de cien países de los seis continentes), el Padre Thomas J. Euteneuer, a Juan Carlos y a la Conferencia Episcopal Española. Llamamiento que, como era de esperar, ha sido ignorado. Monseñor Ignacio Barreiro, capellán del Papa y director de la oficina romana de Vida Humana Internacional (Human Life International / Vita Umana Internazionale), ha emitido la siguiente declaración:
Debemos expresar nuestra consternación ante las noticias que el Jefe de Estado de España ha sancionado una terrible ley que permite el aumento en una forma gravísima del numero de niños que podrán ser matados a través del aborto. Al mismo tiempo esta decisión del Jefe de Estado no nos sorprende por que en el pasado ha firmado leyes que son profundamente contrarias a la ley moral y a las enseñanzas católicas.
Debemos afirmar nuevamente, que aunque la Constitución no lo prevea, Juan Carlos de Borbón, conserva el derecho humano fundamental de seguir su consciencia cuando esta este formada en forma debida. Tiene que ser evidente para cualquier persona de buena voluntad, que el derecho positivo no le puede conculcar este derecho fundamental a ninguna persona, y mucho menos a la persona que debe ser la guía moral de su nación. Debemos recordar también que la legitimidad de un rey está basada en la forma en que éste sea fiel ejecutor de la Ley de Dios. Otros miembros de la realeza europea han demostrado su consciencia de esta norma moral básica y su coraje cuando se negaron a sancionar leyes injustas. Aún si el derecho positivo español requiere esta sanción, tanto la ley natural como la ley de Dios requieren que el Jefe de Estado se niegue a sancionar cualquier tipo de legislación inmoral, especialmente esta que causará la muerte de tantos niños por nacer.
Tenemos que recordar que en el 2005, cuando el actual Jefe de Estado sancionó una ley autorizando el matrimonio entre personas del mismo sexo, esta oficina presentó esta misma línea de argumentación a las autoridades españolas.
Más aún estamos convencidos que Juan Carlos de Borbón ha incurrido en una excomunión latae sententiae, debido a que su decisión traerá como consecuencia directa una grave e inmoral aumento del aborto. (Señalamos esta conclusión lógica de la clara enseñanza de la Iglesia, articulada por el Arzobispo Raymond Leo Burke, el actual Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, en su artículo; "Canon 915: The Discipline Regarding the Denial of Holy Communion to Those Obstinately Persevering in Manifest Grave Sin", Periodica De Re Canonica, vol. 96 (2007) pp. 3-58).
Después del escándalo de Recife en 2009, donde la mera apariencia de vacilación en la enseñanza inmutable de la Iglesia sobre el aborto fue utilizado por extremistas a favor del aborto para avanzar su causa, es más importante que nunca que la Iglesia articula claramente las consecuencias de la capitulación de figuras públicas con respecto al aborto.
Finalmente pedimos oraciones para la conversión del actual Jefe de Estado de España. Le pedimos al Señor que retorne a la Fe que fue vivida por sus antepasados en siglos mejores antes de que entrase en España la ideología liberal.
Debemos afirmar nuevamente, que aunque la Constitución no lo prevea, Juan Carlos de Borbón, conserva el derecho humano fundamental de seguir su consciencia cuando esta este formada en forma debida. Tiene que ser evidente para cualquier persona de buena voluntad, que el derecho positivo no le puede conculcar este derecho fundamental a ninguna persona, y mucho menos a la persona que debe ser la guía moral de su nación. Debemos recordar también que la legitimidad de un rey está basada en la forma en que éste sea fiel ejecutor de la Ley de Dios. Otros miembros de la realeza europea han demostrado su consciencia de esta norma moral básica y su coraje cuando se negaron a sancionar leyes injustas. Aún si el derecho positivo español requiere esta sanción, tanto la ley natural como la ley de Dios requieren que el Jefe de Estado se niegue a sancionar cualquier tipo de legislación inmoral, especialmente esta que causará la muerte de tantos niños por nacer.
Tenemos que recordar que en el 2005, cuando el actual Jefe de Estado sancionó una ley autorizando el matrimonio entre personas del mismo sexo, esta oficina presentó esta misma línea de argumentación a las autoridades españolas.
Más aún estamos convencidos que Juan Carlos de Borbón ha incurrido en una excomunión latae sententiae, debido a que su decisión traerá como consecuencia directa una grave e inmoral aumento del aborto. (Señalamos esta conclusión lógica de la clara enseñanza de la Iglesia, articulada por el Arzobispo Raymond Leo Burke, el actual Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, en su artículo; "Canon 915: The Discipline Regarding the Denial of Holy Communion to Those Obstinately Persevering in Manifest Grave Sin", Periodica De Re Canonica, vol. 96 (2007) pp. 3-58).
Después del escándalo de Recife en 2009, donde la mera apariencia de vacilación en la enseñanza inmutable de la Iglesia sobre el aborto fue utilizado por extremistas a favor del aborto para avanzar su causa, es más importante que nunca que la Iglesia articula claramente las consecuencias de la capitulación de figuras públicas con respecto al aborto.
Finalmente pedimos oraciones para la conversión del actual Jefe de Estado de España. Le pedimos al Señor que retorne a la Fe que fue vivida por sus antepasados en siglos mejores antes de que entrase en España la ideología liberal.
El vergonzoso silencio de los titulares de las diócesis españolas, amparados en esa inútil y contraproducente estructura llamada Conferencia Episcopal (ajena a la constitución divina de la Iglesia, como afirmó el propio anterior Prefecto de la Doctrina de la Fe, el entonces Cardenal Ratzinger), hace que los católicos españoles que quieren seguirlo siendo deseen que Roma, aplicando el canon 449 § 1 del Código de Derecho Canónico de 1983, disuelva la citada Conferencia.
Es preciso recordar que la sanción de esta nueva ley ilícita y asesina no puede desligarse de las dos causas de ilegitimidad de origen que afectan al régimen de facto en España: un pésimo sistema legal improvisado, ajeno y hostil a la ley fundamental de la nación española, que es la unidad católica. Y una jefatura del Estado ocupada por un sujeto sin derecho alguno a la corona. Todos los demás males que nos aquejan proceden de esos dos. Sin corregirlos, nada tiene solución.
Precisamente en estos momentos, no pocas personas de bien, de entre la minoría bien informada que queda en España, vuelven sus ojos al Abanderado de la Tradición, Don Sixto Enrique de Borbón. Príncipe católico de limpia trayectoria y depositario de la legitimidad monárquica, representa la única opción para que nuestra Patria salga de su triste estado actual. Como pequeña muestra de esa creciente simpatía por el Duque de Aranjuez, en Facebook, la mayor de las redes sociales de Internet, aumenta el número de seguidores de la página oficiosa a él dedicada, http://www.facebook.com/pages/
En la citada red social, la indignación por la nueva felonía del Jefe del Estado se manifiesta en grupos como "Que la Conferencia Episcopal excomulgue a Juan Carlos de Borbón" o "El Rey que firma la ley del aborto, NO ES MI REY". Procede, en estos casos, repetir la una nota que FARO publicaba anteayer:
Es pública y notoria la indiferencia religiosa de Juan Carlos, como públicos y notorios son su repudio de la doctrina y la moral católicas. Menos público y notorio, pero no menos cierto, es que --con arreglo a las leyes tradicionales de la Monarquía española-- ni siquiera puede llamarse "de Borbón".