lunes, marzo 29, 2010

EN DEFENSA DE LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS

   LA REVISTA DEL FORO
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                                  jueves, 25 de marzo de 2010

                  

   



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EN DEFENSA DE LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS
Ante la instancia abierta por una asociación civil mendocina, para quitar de los espacios públicos los símbolos religiosos, la agrupación “Para Hacerse Oír-Hablemos Claro” dirigió una carta al gobernador, Celso Jaque, a quien insta a oponerse por todos los medios legales a dicha pretensión. El texto advierte sobre la campaña puesta en marcha en el país que, de tener éxito, vaciará a nuestra sociedad de sus valores religiosos, de su cultura y de su tradición. Y entre otras cosas expresa: “¿Asistiremos al sistemático retiro o supresión de crucifijos, imágenes de la Virgen María –¡de nuestra Reina y Patrona la Virgen de Luján! – y de todo símbolo religioso de nuestros, despachos oficiales, juzgados, escuelas y hospitales públicos, estaciones y terminales de trenes y de ómnibus, que generaciones y generaciones de argentinos han venerado con confianza y ternura?” Y agrega que “en la Argentina de hoy, de uno u otro modo, se está alimentando un clima de animadversión contra la Cruz, no muy diferente del que durante años promovió el Partido Nacional Socialista Alemán”.
Mendoza, 3 Mar. 10 (AICA)
Ante la instancia abierta por la asociación civil mendocina “20 de Setiembre”, para que sean retirados de los espacios públicos los crucifijos y otros símbolos religiosos, la agrupación “Para Hacerse Oír-Hablemos Claro” dirigió una carta al gobernador de esa provincia, Celso Jaque, con copias a otras autoridades civiles y religiosas, incluido el arzobispo, monseñor José María Arancibia, en la que insta a las autoridades provinciales a oponerse por todos los medios legales a la pretensión de quitar los símbolos religiosos de los lugares públicos.

El texto advierte sobre la campaña puesta en marcha en distintas partes del país que, de tener éxito, vaciará a nuestra sociedad de sus valores religiosos, de su cultura y de su tradición.

Con la firma de Martín J. Viano y la licenciada Araceli Ramilo Alvarez de Viano, la argumentación se desarrolla desde el punto de vista jurídico y desde la tradición argentina.

En cuanto a los fundamentos jurídicos para exponer símbolos religiosos en los edificios públicos, la carta señala, por ejemplo, el artículo 2 de la Constitución Nacional, que dispone que el gobierno sostiene el culto Católico Apostólico Romano.

"Sostener" significa en este contexto, “la unión moral del Estado con la Iglesia” y “el

reconocimiento de ésta como persona de derecho público”.“La existencia de crucifijos en edificios públicos, pues, coadyuva a la finalidad constitucional de sostener el culto católico, de conformidad al status jurídico del que goza la Iglesia. Se está coadyuvando, así, a hacer efectiva una enunciación solemne establecida en la Constitución Nacional”, afirma.

Y aclara: “En lo atinente a las imágenes en los despachos de los funcionarios, éstos tienen plena libertad para escoger las que se exhiban en sus lugares de trabajo, siempre que no se ofenda la moral y el orden público. En modo alguno puede suponerse que la presencia de un símbolo religioso restrinja la libertad de las personas de diverso culto”.

Por otra parte, “esta pretensión de la asociación ‘20 de Setiembre’, pese a su aparente moderantismo, debe ser analizada, por lo demás, en el contexto de lo que está ocurriendo en otras provincias, en las cuales, bajo diversas formas, se ha declarado una guerra a la Cruz, a cuyo amparo nació nuestra Patria y la cual contiene un llamado a la Salvación, válido para todos los pueblos. Es de temer, entonces, que otros sectores se sumen al pedido de dicha asociación y comience a exigirse, en nombre de una trillada y mal entendida ‘discriminación’, sean retirados los crucifijos e imágenes religiosas de los edificios y de la vía pública en general”.

“De ser así, ¿qué no habremos de temer por el futuro de nuestra querida Patria? ¿Asistiremos al sistemático retiro o supresión de crucifijos, imágenes de la Virgen María –¡de nuestra Reina y Patrona la Virgen de Luján! – y de todo símbolo religioso de nuestros despachos oficiales, juzgados, escuelas y hospitales públicos, estaciones y terminales de trenes y de ómnibus, que generaciones y generaciones de argentinos han venerado con confianza y ternura? ¿Veremos arrancar de nuestra Cordillera de los Andes, de no cesar esta ofensiva contra los símbolos religiosos, el monumento a Cristo Redentor, erigido en el año 1904 a 3.854 metros sobre el nivel del mar en la frontera argentino-chilena, para celebrar la superación pacífica del conflicto que había llevado a ambos países al borde de la guerra?”

Al respecto advierte: “Todo es posible en la perspectiva de que, en la Argentina de hoy, de uno u otro modo, se está alimentando un clima de animadversión contra la Cruz, no muy diferente del que durante años promovió el Partido Nacional Socialista Alemán que así resumía en 1936 el periódico nazi ‘Der Durchbruch’ (‘La brecha’): ‘Si Alemania quiere vivir, ¡ha de caer la cruz!?”.+