Los cueros de oveja están en liquidación
Días atrás escribí “Inasequibles a la grandeza” donde intentaba poner en blanco sobre negro que era el PRO, y si bien en general fue masivo el apoyo que recibí a lo que decía hubo algunos que me reprocharon desviar la batalla contra el kirchnerismo ya que éste, según ellos, es el principal enemigo.
No se si por liviandad o ignorancia o abrumados por el desquicio en que se ha convertido la República mucha gente no ve que en el fondo y aunque a veces se peleen son lo mismo. SON “PROGRES”, donde la única diferencia se da en que unos, los pretendidos “zurdos”, son resentidos de alma y los otros son tilingos con pretensiones de creerse de Avenida Alvear. Es esa liviandad, ignorancia o abulia, la que a muchos les ha hecho olvidar que Gabriela Michetti fue funcional al “emprendimiento inmobiliario” de la madre Bonafini aportando su voto para que la dulce viejita pudiera hacerse con la propiedad de diecisiete hectáreas en plena Avda. del Libertador, o mirar para el costado cuando con su voto se prestó a la payasada del parque de la memoria donde hay 30.000 cruces de las cuales sólo el 24% tienen nombre porque el otro 76% responde a una mentira infame y donde a aquellas que tienen nombre se les han sumado, para hacer número, el nombre de una prestigiosa jueza que aún no ha devuelto su indemnización de desaparecida junto al de un psicópata como fue Gorriarán Merlo.
No nos confundamos, son “PROGRES” y como tales tienen, aunque traten de disimularlo los tics comunes a estas bandas de logreros que asolan la República: la cobardía, el desprecio por la palabra empeñada, el desconocimiento en función de su propio provecho de la historia reciente, la duplicidad frente a las creencias de las mayoría de los que, equivocados, los votaron. Y esta tilinguería militante se sigue renovando. Con sólo leer las declaraciones de la diputada Martínez vemos que la ignorancia y la conveniencia siguen siendo el componente esencial del discurso de estos pretendidos bien pensantes. La diputada Martínez que, embanderada en la estupidez sociológica de su jefe, se declara por el “matrimonio” homosexual y el derecho de estos a adoptar, desconoce en su ignorancia – al menos quiero creer que desconoce - que llamar matrimonio a algo que ni siquiera semánticamente se sostiene y que se soslayaría con una unión civil, implica una descarga ideológica disparada contra, esencialmente, la Iglesia Católica. Se frena, porque quizás le han avisado que está entrando en un tembladeral, cuando toca el tema del aborto alegando que “en principio está en contra, pero que tendría que trabajarlo más”, ¿Qué significa “trabajarlo más”?, ¿Ver como una aguja elimina una vida indefensa?, ¿Ver como los desperdicios de una clínica de abortos de Madrid son usado para hacer galletas “premiun” para mascotas?, ¿O ver como una banda de yeguas resentidas pinta consignas en las Iglesias?.
Pero es refiriéndose a temas de la historia reciente donde la novel diputada llega a excelsos niveles de necedad y amontonando frases hechas y huecas alude a “los procesos, de memoria, verdad y justicia” que transcribo en el acápite. Su visión de la historia es segada, más cerca, diría similar, a la enunciada por las madres y abuelas de terroristas y por la izquierda en general. Nada hay de original en ella, ni siquiera hace una concesión a la teoría de los dos demonios esbozada por los progres del radicalismo. Para ella no existieron ni Larrabure ni Ibarzábal y menos aún sus calvarios. Los culpables lo son, taxativamente, todos aquellos que en la guerra contra la subversión vestían uniformes y que disciplinados obedecieron el mandato de defender a la República de una agresión marxista. Cabe acotar, en beneficio de la diputada que, como está más allá de las ideologías, para su esquema cerebral no pudo haber existido una agresión marxista, solo una algarada de “chicos maravillosos” comprometidos con algo que probablemente ni siquiera ella sepa que era. Si esto no fuera doloroso para los que vivimos en carne propia la otra parte de la historia que la diputada no ve, su estrechez mental hasta podría serle perdonada aunque más no sea pues es una bella joven, pero no contenta con eso se acerca a lo cómico cuando dice que la justicia debe ir a fondo, ¿Que justicia?, ¿La de los Gauleiters KUNKEL y CONTI?, ¿Sabe la diputada que la justicia que menta ya ha dejado morir en abandono a más de cincuenta presos políticos?, ¿Alguna vez esta señorita que a partir de ahora cobrará no menos de $ 12.000 mensuales que todos le pagaremos, fue a ver lo que es la payasada institucionalizada de un TOF?, ¿Ha visto el tratamiento que reciben los presos políticos que aún antes de pisar un juzgado ya están condenados?, ¿Sabe, o por lo menos ha tratado de enterarse que hay Oficiales de Ejército y Marina Para los cuales no corren, no ya tratados internacionales, si no ni siquiera la Constitución nacional?
No escribo esto para intentar justificar posiciones con los que me criticaron por el artículo anterior. No estoy para congeniar con nadie y menos aún con “PROGRES” de cualquier ralea. Desde hace más de tres años, cuando el PRO apoyó al montonero Kestelboim como defensor de la ciudad vengo diciéndole a aquellos que se ilusionaron con la idea de un partido que rescatara valores que eran caros para una gran parte de la sociedad que eso que veían como algo brillante y que les hacía imaginar un futuro mejor no era un oasis al fin de la travesía, sólo era un pozo séptico con azulejos en lugar de ladrillos. No lo voy a negar, “entre esos tipos y yo hay algo personal” y no estoy diciendo que no hay que votarlos más, les estoy diciendo que hay que destruirlos antes que sigan creciendo porque son lo mismo que combatimos. Y eso es algo que podemos hacer, porque con los que somos, restándole votos, estos logreros desaparecerán. Yo vi a un diputado PRO cagarse encima cuando antes del 28 de junio un alto oficial retirado le dijo que él, y otros como él podían - por el solo prestigio del que gozaban entre sus camaradas - cambiar la manera de votar de una gran parte del personal militar, en actividad y en retiro. Podemos hacerlo, ni siquiera son lobos, son solo hienas disfrazadas con apolillados cueros de oveja.
JOSE LUIS MILIA