A raíz de la multitudinaria manifestación del sábado pasado a favor de la vida, el PP ha adquirido el firme compromiso de presentar batalla a la nueva ley del aborto. Y lo hará, tanto en este momento en que se encuentra en la oposición, como cuando alcance el poder.
Así, la portavoz del Grupo parlamentario Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, se «mojó» y confirmó que ya se está trabajando sobre la enmienda a la totalidad de devolución del proyecto socialista y adquirió el compromiso de, si se aprueba como parece casi seguro, modificarla cuando lleguen al poder.
Las palabras textuales de la portavoz fueron: «El PP se compromete a modificar la nueva Ley del Aborto si sale del Congreso tal y como está en este momento».
Y es que el PP entiende que el empeño socialista por imponer el aborto libre hasta la semana 14 con el argumento de anteponer un pretendido derecho de la mujer a decidir sobre el derecho, este sí constitucionalmente reconocido, a la vida del no nacido, rompe el relativo consenso que existía desde 1985, año en que se aprobó la actual normativa sobre la materia.
Soraya Saénz de Santamaría hizo hincapié en que la reforma carecía del apoyo social mayoritario que requeriría una iniciativa de tan controvertida sobre todo porque es una propuesta que «no soluciona ningún problema» y que sólo generar «conflictos».
«Ni siquiera -apostilló- cuenta con un apoyo unánime dentro del PSOE», en referencia a las voces surgidas desde Cristianos Socialistas y que han sistemáticamente acalladas por la dirección socialista.
Al respecto señaló: «Me gustaría que el Gobierno reflexionara sobre lo que ha visto y oído esta fin de semana, no sólo de los manifestantes, sino también de los dirigentes del PSOE», refiriéndose a unas declaraciones de José Bono solicitando «consenso».
Según pudo saber ABC, la enmienda a la totalidad, exigiendo la devolución del proyecto, que el PP presentará muy probablemente el mismo miércoles, se basará sobre tres premisas básicas.
Estas serán: la inconstitucionalidad de la propuesta del Gobierno; la inexistencia de una demanda social real y la posibilidad de que las menores, a partir de los 16 años, puedan abortar sin el consentimiento paterno.
Sobre esta última cuestión que tanta polémica ha suscitado, la portavoz manifestó: «No conozco ningún padre que no quiera estar al lado de sus hijas en un trance semejante. Por ello, que sepan los padres que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que sigan teniendo derecho a tomar una decisión familiar tan grave y tan importante como es un aborto».