Actualizado Miércoles, 29-07-09 a las 19:40
«Me desperté con la explosion y, al mirar enfrente, no habia pared en mi habitación». Así describe un joven en pijama, todavía con el susto en el cuerpo, cómo ha vivido el momento de la explosión de una furgoneta bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos.
Las 118 que se encontraban en el edificio, entre los que había varios niños y mujeres embarazadas y de quienes las autoridades destacan la «tranquilidad y serenidad» con que han reaccionado, fueron desalojados en mitad de la madrugada tras la explosión.
Una mujer, con una fuerte impresión, asegura que, mientras estaba durmiendo, se le «ha caído la persiana encima» literalmente.
Entre tanto, están comenzando a llegar algunos de los habitantes del inmueble que se encontraban de vacaciones y que han acudido a sus casas en cuanto se han enterado del atentado. Al llegar, están comprobando con sus propios ojos el estado de las viviendas.
Atención psicológica
Una mujer, con una fuerte impresión, asegura que, mientras estaba durmiendo, se le «ha caído la persiana encima» literalmente.
Entre tanto, están comenzando a llegar algunos de los habitantes del inmueble que se encontraban de vacaciones y que han acudido a sus casas en cuanto se han enterado del atentado. Al llegar, están comprobando con sus propios ojos el estado de las viviendas.
Atención psicológica
El Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias está atendiendo a los miembros de las 43 familias afectadas por el atentado con coche bomba perpetrado en el cuartel residencia de la Guardia Civil de Burgos, en el que han sufrido heridas leves 48 personas, de las cuales 27 son residentes de la Casa Cuartel.
Algunos de los lesionados han sido trasladados a la Residencia de Oficiales de la Guardia Civil y al polideportivo de la Policía Local, situado muy cerca de la Casa Cuartel, han explicado fuentes del Servicio de Emergencias 112.