Ay Ay ¿quién podrá sanarme? Acaba de entregarte ya de vero no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que yo quiero. En soledad vivia y en soledad ha puesto ya su nido y en soledad la guía a solas su querido, también en soledad de amor herido. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronters. ¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido. ¿Por qué, pues has llegado aqueste corazón, no le sanaste? Y, pues, me le has robado. ¿por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste? Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos. Descubre tu presencia , y mátame tu vista y hermosura. Mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y figura. La noche sosegada en par de los levantes del aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora. Mi alma se ha empleado y todo mi caudal en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amar es mi ejercicio.
SAN JUAN DE LA CRUZ
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“Toda mi fuerza se encuentra en la oración y en el sacrificio;esas son las armas invencibles que Jesús me ha dado,
y logran mover los corazones mucho más que las palabras.”...Santa Teresita