El Grupo parlamentario Socialista recomienda al Gobierno una ley de plazos, pero no «se moja» en las semanas
Viernes, 13-02-09
El Grupo Socialista presentó ayer sus conclusiones de la subcomisión parlamentaria encargada de estudiar la reforma del aborto. Lo más llamativo es que abrió esta práctica, sin el consentimiento de sus padres, a las niñas con más de 16 años. Exactamente propone que se reconozca «al menor la capacidad para decidir autónomamente a partir de los 16 años y se establece que el menor deberá ser oído cuando sea mayor de 12 años».
En el documento que hizo público apuesta, como era previsible, por el aborto libre hasta una semana dada. Sin embargo, asombró a todos al no incluir en sus recomendaciones el tope de semanas. Se limita en su escrito a señalar su apoyo a un modelo «en el que corresponda a las mujeres embarazadas la decisión sobre el IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo, eufemismo utilizado oficialmente para referirse al aborto) en un plazo determinado».
Los periodistas presentes en la intervención realizaron a la portavoz socialista, Carmen Montón, de mil formas distintas la misma pregunta: «¿Hasta qué semana se podrá entonces abortar?». Otras tantas veces Montón se aferró a la misma coletilla: «Creemos que corresponde al Gobierno fijar los plazos para la interrupción del embarazo». Acorralada se lanzó a ofrecer una pista que sonó a broma: «Lo normal es que el Gobierno se fije en las legislaciones europeas de su entorno». «¿Y cuál es la media de semanas en Europa?», le inquirieron. «Pues varía desde la semana 10 a la 24»...
Así que, después de escuchar a 30 expertos, de mes y medio de trabajos y reuniones y de otros dos meses utilizados para elaborar las conclusiones, el producto final es un escrito repleto de vaguedades.
Otra de las cuestiones que no quedaron claras es la referente a las indicaciones que permitirían abortar pasado el plazo legal de aborto libre. Al respecto, señaló que serían varios los «supuestos o indicaciones en los que la IVE (no pronunció Montón ni una sola vez la palabra aborto) podría practicarse durante un periodo mayor al plazo general». De nuevo un interrogatorio intensivo de la prensa no permitió conocer ni las indicaciones más que de una forma muy general : «Deberían tener en cuenta, al menos, los supuestos en que exista grave peligro para la vida o salud de la embarazada, se detecten graves anomalías físicas o psíquicas del feto o malformaciones o enfermedades graves en el mismo incompatibles con la vida». Por supuesto, tampoco aclaró hasta qué semana se podría abortar en tales supuestos.
Lo curioso es que hace un par de meses, el 19 de diciembre, cuando se clausuró la subcomisión parlamentaria, la misma Montón, al realizar un resumen de las comparecencias de los expertos, no tuvo inconveniente en vaticinar que la futura ley de plazos se situaría «en torno a las 14 semanas que es la media en la Unión Europea» y que para los supuestos especiales que permitirían abortar fuera del plazo legal «habría que tener en cuenta el diagnóstico prenatal de más de 22 semanas».
Casi nadie apoyó al PSOE
Tras tan rocambolescas conclusiones, por la tarde, la propuesta matutina del PSOE pasó a ser la oficial de la Subcomisión. Sin embargo, alcanzó ese estatus sin el cacareado consenso que aseguraba Montón que iba a lograr.
Al final salió adelante con la oposición frontal del PP y las abstenciones de IU, que propugna una ley de plazos hasta por lo menos la semana 20, y ERC, que quiere el aborto libre hasta la 24.
El día 18 serán votadas estas conclusiones por la Comisión de Igualdad. El PP presentará un voto particular porque una ley de plazos «es mala para la sociedad y para las mujeres y lanza el mensaje engañoso de que no pasa nada por abortar cuando siempre deja secuelas físicas y psicológicas», concluyó Sandra Moneo.