Las (des) administración de los K busca instalar ante la opinión pública que el robo de los fondos de los futuros jubilados, gestionados por las AFJP, se hace en defensa del "pueblo".
Para ello, ha inventado una serie de mentiras. Una más flagrante que otra. Todas disparatadas. Pero que han logrado confundir, en cierta medida, a parte de la opinión pública.
Sin embargo, de a poco, el vil engaño se encuentra cada día más en descubierto. Por ello, el oficialismo quiere llevar el proyecto, al debate en el recinto de la -¿Honorable?- Cámara de Diputados, lo más ponto posible. Para evitar perder votos, por un lado. Pero, centralmente, no desea que se "aviven los giles". Léase, que empiecen los cacerolazos y se pudra todo, en un símil idéntico al tratamiento de la tristemente célebre Resolución 125.
El "relato" oficial se encuentra estructurado en base a falsedades que es importante desentrañar.
Mentira uno. Los K afirman que no existen derechos de propiedad sobre los fondos aportados a las AFJP. Que son apenas cuotas partes de un fondo de inversión, de los cuales sólo se podrá disponer a la hora del retiro. Por ende, son apenas una "promesa". Argumento falaz por donde se lo mire. La legislación vigente sentencia: llegado el momento de la jubilación, cada aportante podrá, primero, exigir en efectivo hasta el 50% del total acumulado. El resto lo puede disponer contratando un retiro programado, por caso, que se lo retornen en cinco años o, convenir una renta vitalicia. Segundo, no exigir nada por adelantado y contratar una jubilación vitalicia o programada. O sea, el dinero es del aportante y tiene varias opciones a la hora de decidir. En otras palabras, tiene derechos de propiedad bien claros sobre sus aportes. Por ende, lo que los K proponen, es un atraco liso y llano. Con la complicidad explícita de los secuaces, que ocupan bancas en el Congreso.
Mentira dos. "Vamos en rescate de los depositantes, dado que los bonos y acciones se desploman en la Bolsa". Primero. Las AFJP tienen una gran cantidad de bonos soberanos en sus carteras dado que el Estado las obligó a invertir en deuda argentina. Segundo. El trío de delincuentes seriales, conformado por Kirchner, Lavagna y Nielsen, las extorsionaron a efectos de que aceptaran la voluptuosa quita que se hizo en el canje luego del default. Tercero. Las inversiones de largo plazo tienen subas y bajas a lo largo del tiempo. Hoy los papeles de las empresas están por el piso debido a dos razones básicas: la crisis internacional y la brutal desconfianza generada por el proyecto de ley de marras. Dado que los K algún día se irán y sobrevendrá, muy obvio, un gobierno de características contrarias, por una parte. Por la otra, la economía mundial se recuperará, tarde o temprano. En consecuencia, los valores de las empresas subirán y se recuperarán las pérdidas.
Mentira tres. "Los fondos se administrarán defendiendo los intereses de los futuros jubilados". Este engaño abunda en desparpajo. Cualquier persona, sin conocimientos de economía, hoy puede barruntar que el dinero será destinado a cualquier cosa, excepto a asegurar la sostenibilidad de las jubilaciones futuras. Verbigracia, pagar capital e intereses de la deuda pública en 2009; tirar dinero a diestra y siniestra en el agujero negro del conurbano bonaerense; fondear obra pública, para coimear con empresas amigas; comprar las voluntades de los gobernadores, con la zanahoria de que (algo) participen en el desvalijamiento.
Mentira cuatro. "Los fondos serán gestionados por una especie de comité de notables, bajo la lupa del Congreso Nacional". En realidad, el dinero será gastado y dilapidado mediante órdenes directas de NK. En tal sentido, el matrimonio morganático, pinta para dejar hecho un poroto a Luis XIV. Según Néstor, "el Estado es mío, la Kaja es mía, las empresas y los bancos serán mías". Un proyecto bonapartista, donde el poder absoluto recaiga en una misma persona. Pero con el agregado que la riqueza nacional pasará a la billetera de un solo hombre. Y en esto se diferencia NK del resto de sus antecesores totalitarios. No sólo va por el poder, también quiere la riqueza en una sola mano. Y lo más interesante y tragicómico, tales calamidades vienen en nombre del progresismo y de la Argentina nacional y popular.
Parece de ficción. Pero, desafortunadamente, es la cruel realidad.
Por estas horas, la pregunta que se hacen muchos es quién o qué puede frenar la depredación de la República. Respuesta: si piensa en el Congreso o en la Corte Suprema de (in)Justicia, olvídese.
La única que puede parar el latrocinio es la sociedad. Con movilizaciones y cacerolazos masivos. Pero, hete ahí, que el conjunto social argentino está adormecido. Entregado. Interesado más en el show de tetas y culos de Tinelli o en la posibilidad de éxitos deportivos, de la mano (de Dios) del Señor Maradona. Da la sensación, que para el grueso de los argentinos, es "normal" que cada cierto número de años, "se pudra todo". Y que el gobernante de turno robe a cuatro manos, favorecido por la impunidad generalizada.
Pronóstico: el esperpento enviado por el Poder Ejecutivo pasa sin problemas por el Congreso. La Corte se hace la boluda. Y la gente de a pie mirará para otro lado, buscando una salvación individual.
La Argentina, bueno, aquella (ex) República, se irá, definitivamente, a la mierda. Con el agravante final de que a todos los habitantes les importará tres cominos.
Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Política.
Email : severoturro -arroba- hotmail.com.
Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Política
Sin embargo, de a poco, el vil engaño se encuentra cada día más en descubierto. Por ello, el oficialismo quiere llevar el proyecto, al debate en el recinto de la -¿Honorable?- Cámara de Diputados, lo más ponto posible. Para evitar perder votos, por un lado. Pero, centralmente, no desea que se "aviven los giles". Léase, que empiecen los cacerolazos y se pudra todo, en un símil idéntico al tratamiento de la tristemente célebre Resolución 125.
El "relato" oficial se encuentra estructurado en base a falsedades que es importante desentrañar.
Mentira uno. Los K afirman que no existen derechos de propiedad sobre los fondos aportados a las AFJP. Que son apenas cuotas partes de un fondo de inversión, de los cuales sólo se podrá disponer a la hora del retiro. Por ende, son apenas una "promesa". Argumento falaz por donde se lo mire. La legislación vigente sentencia: llegado el momento de la jubilación, cada aportante podrá, primero, exigir en efectivo hasta el 50% del total acumulado. El resto lo puede disponer contratando un retiro programado, por caso, que se lo retornen en cinco años o, convenir una renta vitalicia. Segundo, no exigir nada por adelantado y contratar una jubilación vitalicia o programada. O sea, el dinero es del aportante y tiene varias opciones a la hora de decidir. En otras palabras, tiene derechos de propiedad bien claros sobre sus aportes. Por ende, lo que los K proponen, es un atraco liso y llano. Con la complicidad explícita de los secuaces, que ocupan bancas en el Congreso.
Mentira dos. "Vamos en rescate de los depositantes, dado que los bonos y acciones se desploman en la Bolsa". Primero. Las AFJP tienen una gran cantidad de bonos soberanos en sus carteras dado que el Estado las obligó a invertir en deuda argentina. Segundo. El trío de delincuentes seriales, conformado por Kirchner, Lavagna y Nielsen, las extorsionaron a efectos de que aceptaran la voluptuosa quita que se hizo en el canje luego del default. Tercero. Las inversiones de largo plazo tienen subas y bajas a lo largo del tiempo. Hoy los papeles de las empresas están por el piso debido a dos razones básicas: la crisis internacional y la brutal desconfianza generada por el proyecto de ley de marras. Dado que los K algún día se irán y sobrevendrá, muy obvio, un gobierno de características contrarias, por una parte. Por la otra, la economía mundial se recuperará, tarde o temprano. En consecuencia, los valores de las empresas subirán y se recuperarán las pérdidas.
Mentira tres. "Los fondos se administrarán defendiendo los intereses de los futuros jubilados". Este engaño abunda en desparpajo. Cualquier persona, sin conocimientos de economía, hoy puede barruntar que el dinero será destinado a cualquier cosa, excepto a asegurar la sostenibilidad de las jubilaciones futuras. Verbigracia, pagar capital e intereses de la deuda pública en 2009; tirar dinero a diestra y siniestra en el agujero negro del conurbano bonaerense; fondear obra pública, para coimear con empresas amigas; comprar las voluntades de los gobernadores, con la zanahoria de que (algo) participen en el desvalijamiento.
Mentira cuatro. "Los fondos serán gestionados por una especie de comité de notables, bajo la lupa del Congreso Nacional". En realidad, el dinero será gastado y dilapidado mediante órdenes directas de NK. En tal sentido, el matrimonio morganático, pinta para dejar hecho un poroto a Luis XIV. Según Néstor, "el Estado es mío, la Kaja es mía, las empresas y los bancos serán mías". Un proyecto bonapartista, donde el poder absoluto recaiga en una misma persona. Pero con el agregado que la riqueza nacional pasará a la billetera de un solo hombre. Y en esto se diferencia NK del resto de sus antecesores totalitarios. No sólo va por el poder, también quiere la riqueza en una sola mano. Y lo más interesante y tragicómico, tales calamidades vienen en nombre del progresismo y de la Argentina nacional y popular.
Parece de ficción. Pero, desafortunadamente, es la cruel realidad.
Por estas horas, la pregunta que se hacen muchos es quién o qué puede frenar la depredación de la República. Respuesta: si piensa en el Congreso o en la Corte Suprema de (in)Justicia, olvídese.
La única que puede parar el latrocinio es la sociedad. Con movilizaciones y cacerolazos masivos. Pero, hete ahí, que el conjunto social argentino está adormecido. Entregado. Interesado más en el show de tetas y culos de Tinelli o en la posibilidad de éxitos deportivos, de la mano (de Dios) del Señor Maradona. Da la sensación, que para el grueso de los argentinos, es "normal" que cada cierto número de años, "se pudra todo". Y que el gobernante de turno robe a cuatro manos, favorecido por la impunidad generalizada.
Pronóstico: el esperpento enviado por el Poder Ejecutivo pasa sin problemas por el Congreso. La Corte se hace la boluda. Y la gente de a pie mirará para otro lado, buscando una salvación individual.
La Argentina, bueno, aquella (ex) República, se irá, definitivamente, a la mierda. Con el agravante final de que a todos los habitantes les importará tres cominos.
Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Política.
Email : severoturro -arroba- hotmail.com.