Si don Arturo Jauretche hubiese vivido, podría incluir en su célebre Manual de Zonceras Argentinas , alguna de sus discípulos actuales. Como ir a Mar del Plata para cambiar el nombre al aeropuerto local "Brigadier Bartolomé de la Colina", por el del músico Astor Pantaleón Piazzolla, cosa en la cual nuestra presidente, a falta sin duda de temas más importantes, perdió todo su día de ayer.
De la Colina era un militar más antiguo aun que el propio Juan Perón y piloto en la escuadrilla del Ejército fundada por Agustín P. Justo, que desde su infancia pasada junto a Jorge Newbery, en aquel primer campo de aterrizaje "barrial", de Villa Lugano, se había propuesto crear un arma independiente: la Fuerza Aérea, que recién logró despegar tras la revolución de 1943.
Por eso resultó el ministro de Aeronáutica perpetuo hasta retirarse por su avanzada edad. Pero De la Colina, piloto de los primeros "Blériots," contertulio de Saint Exupéry, amigo de Jean Mermoz, de los pilotos de la Aeroposta y de Panagra, hizo mucho más. Fue precursor de la aviación civil y comercial, estando a la cabeza de la fundación, por el Estado, de la Flota Aérea Mercante Argentina (FAMA), que con el tiempo, y muchos avatares intermedios, devino en Aerolíneas Argentinas.
O sea que la jefe del gobierno que se propone reestatizar la compañía, es la misma que le quita el nombre de Bartolomé de la Colina, que fuera su inspirador, al aeroparque de Mar del Plata. |