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EDITORIAL | ||
Festival | ||
El revés del festival es la realidad: esa familia masacrada y descuartizada a hachazos en la Panamericana, por un asesino que la Justicia "garantista" había puesto en libertad, so pretexto de que el delincuente, el asesino condenado en 1991 a prisión perpetua, por violación seguida de muerte, el monstruo en verdad, es el héroe justo que supone una sociedad injusta. Y ésta obstinación del garantismo no es rectificable por la vía del diálogo ni por el debate.Las correcciones sólo son remiendos que vienen después del estrago. Al juez Nicolás Schiavo quizá lo someterán a juicio político, pero ¿quién le devuelve la vida a los muertos? Cada día que pasa, la delincuencia se muestra más poderosa y más violenta con quienes viven en los barrios periféricos, que ya no se atreven a testimoniar y, a cada hora, el festival propagandístico muestra su reverso de sangre, de miseria y de muerte. |
La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1