En las audiencias generales del 25 de octubre y 8,15 y 22 de noviembre de 2006, el Papa Benedicto XVI se refirió a la personalidad del Apóstol San Pablo. Ofrecemos a los lectores de la Colección Poco y Bueno, la versión de dichas exposiciones, que fueron publicadas en ediciones sucesivas por el periódico L´Ossevartore Romano.
QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS :
Hoy comenzaremos a tratar sobre las figuras de personajes importantes de la Iglesia primitiva. Se trata de hombres y mujeres que, como escribe San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, “ entregaron su vida a la causa de nuestros Señor Jesucristo ( Hch,15, 26 ).
El primero de estos, llamados por el Señor mismo, por el Resucitado, a ser también él auténtico Apóstol, es sin duda, Pablo de Tarso. Brilla como una estrella de primera magnitud en la historia de la Iglesia, y no sólo en la de los orígenes. San Juan Crisóstomo lo exalta como personaje superior, incluso a muchos ángeles y arcángeles (cf. Panegírico 7,3 ). Dante Aligheri, en la Divina Comedia , inspirándose en la narración de san Lucas de los hechos de los Apóstoles ( cf. Hch 9,15 ) lo define sencillamente como “un vaso de elección “( Infierno 2, 28 ), que significa instrumento es cogido por dios. Otros lo han llamado el “décimo tercer apóstol “ – y realmente él insiste mucho en que es el verdadero apóstol, habiendo sido llamado por el Resucitado, o incluso “ el primero después del Único “
Ciertamente, después de Jesús , él es el personaje de los orígenes del que tenemos más información, pues no sólo contamos con los relatos de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, sino también con un grupo de cartas que provienen directamente de su mano y que, sin intermediarios, nos revelan su personalidad y su pensamiento. San Lucas nos informa de que su nombre original era Saulo ( cf Hch 7,58,8,1,etc ), en hebreo Saúl ( cf. Hch. 9,14,17,22,7,26,14 ), como el rey Saúl ( cf Hch. 13,21 ), y era un judío de la diáspora, dado que la ciudad de Tarso está situada entre Anatolia y Siria. Muy pronto había ido a Jerusalén para estudiar a fondo la Ley mosaica a los pies del gran rabino Gamaliel ( cf.Hch. 22,3 ), Había aprendido también el trabajo manual y rudo, la fabricación de tiendas (cf.Hch 18,3 ), que más tarde le permitió proveer él mismo a su propio sustento sin ser una carga para las iglesias (cf. Hch. 20, 34 ; 1 Co.4 12; 2 Co.12,13-14 ).
Para él fue decisivo conocer a la comunidad de quienes se declaraban discípulos de Jesús. Por ellos tuvo noticia de una nueva fe, un nuevo “ camino “, como se decía, que no ponía en el centro la Ley de dios, sino la persona de Jesús, crucificado y resucitado, a quien se le atribuía el perdón de los pecados. Como judío celosos, considerando a este mensaje inaceptable, más aún, es caudaloso, y por eso sintió el deber de perseguir a los discípulos de Cristo incluso fuera de Jerusalén. Precisamente en el camino a Damasco, a inicios de los años treinta , Saulo, según sus palabras, fue “ alcanzado por Cristo Jesús “ ( Flp.3,12 )
Mientras san Lucas cuenta el hecho con abundancia de detalles- la manera en que la luz del Resucitado le alcanzó, cambiando radicalmente su vida-él en sus cartas va a lo esencial y no habla sólo de una visión ( cf. 1 Co.9,1 ), sino también de una iluminación ( cf. 2 Co. 4, 6 ) y sobre todo de una revelación y una vocación en el encuentro con el Resucitado ( cf. Ga.1,15-16 ). De hecho, se definirá explícitamente “ apóstol por vocación “ ( cf Rom.1,1,1 Co 1,1 ) o “ apóstol por voluntad de Dios “ (2 Co.1,1 : Ef. 1,1; Col 1,1 ), como para subrayar que su conversión no fue resultado de pensamientos o reflexiones, sino fruto de una intervención divina, de una gracia imprevisible. A partir de entonces todo lo que antes tenía valor para él se convirtió paradójicamente , según sus palabras, en pérdida y basura ( cf. Flp. 3.7-10 ),Y desde aquel momento puso todas sus energías al servicio exclusivo de Jesucristo y de su Evangelio. Desde entonces su vida todo a todos ( 1 Co.9,22 ) sin reservas.
De aquí se deriva una lección muy importante para nosotros : lo que cuenta es poner en el centro de la nueva vida a Jesucristo, de manera que nuestra identidad se caracterice esencialmente por el encuentro, por la comunión con Cristo y con su palabra. A la luz, cualquier otro valor se recupera ya la vez se purifica en posibles escorias.
Otra lección fundamental que nos da San Pablo es la dimensión universal que caracteriza su apostolado. Sintiendo agudamente el problema del acceso de los gentiles, o sea, de los paganos, a Dios, que en Jesucristo crucificado y resucitado. Ofrece la salvación a todos los hombres sin excepción, se dedicó a dar a conocer este Evangelio, literalmente la “ buena nueva “, es decir, el anuncio de gracia destinado a reconciliar al hombre con Dios, consigo mismo y con los demás. Desde el primer momento había comprendido que esta realidad no estaba destinada sólo a los judíos, a un grupo determinado de hombres, sino que tenía un valor universal y afectaba a todos, porque Dios es el Dios de todos.
(Continuaremos con la reseña de S.S. BENEDICTO XVI , sobre SAN PABLO. El Director. )