Sábado 26 de abril de 2008 | |
Portazo |
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Más hidrófobo que otras veces, Néstor Kirchner se instaló como líder del justicialismo vituperando a los chacareros, al acusarlos de generar la inflación cuando promueven por codicia el desabastecimiento de las ciudades. Así se creó el jueves el clima para un enfrentamiento nacional que culminaría con una "pueblada" el 25 de mayo. La violencia verbal descontó el pedido de renuncia al ministro de Economía, Martín Lousteau, quien recomendaba actitudes más moderadas; pero, a la vez, "se llevó puesta" a la presidente misma, porque ¿quién puede creer, aquí o en el exterior, que ella siga siendo un poder autónomo? La ficción del gobierno matrimonial con "doble comando" cede ante el protagonismo belicoso del marido y asocia así el partido al gobierno, la facción a la totalidad, característica central de los totalitarismos. Ahora, este nuevo ministro, ¿qué puede hacer? En primer lugar, cerciorarse de que él es el verdadero ministro, y no Guillermo Moreno, hechura a través de la cual manda Néstor Kirchner; en segundo lugar, buscar nuevas formas de lucha contra la inflación, que rebaja el salario antes de haberlo cobrado y, en tercero, reanudar el diálogo con el campo, porque sólo de la tierra sale la comida de las ciudades, y sin comida no hay industria ni "proyecto productivo" que valga. |