viernes, abril 04, 2008

El duro conflicto del agro provocó fisuras dentro del justicialismo


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El duro conflicto del agro provocó fisuras dentro del justicialismo

Hubo malestar de gobernadores, intendentes y legisladores con la Casa Rosada

Viernes 4 de abril de 2008 | Publicado en la Edición impresa

Lo que no lograron la inflación o las denuncias de corrupción de la oposición pudo conseguirlo el conflicto del campo: el PJ comenzó a evidenciar en las últimas horas una brecha entre la Casa Rosada y varios gobernadores, legisladores e intendentes oficialistas.

Se trata de una imagen que no condice con la fotografía monolítica y uniforme que intentó mostrar la presidenta Cristina Kirchner el martes último, en la Plaza de Mayo, cuando criticó una vez más al agro.

En forma reservada o públicamente, una parte de la dirigencia peronista comenzó a expresar su malestar hacia la jefa del Estado y varios de sus ministros por el manejo del conflicto con el campo. Con matices, hubo quejas de gobernadores históricamente amigos de Néstor Kirchner, como Mario Das Neves (Chubut); de peronistas ortodoxos como Juan Schiaretti (Córdoba) o Celso Jaque (Mendoza), Beder Herrera (La Rioja) y José Luis Gioja (San Juan).

Todos plantearon cuestionamientos por el enfrentamiento entre el campo y el Gobierno. También hubo muestras indisimuladas de malestar de legisladores, como Carlos Reutemann, y de intendentes bonaerenses del PJ, que le hicieron saber a Daniel Scioli que la decisión oficial de aumentar las retenciones afectó de manera directa en sus respectivos electorados.

¿Existe por todo ello un clima de rebelión en el oficialismo? ¿Corre peligro la Presidenta de ver fracturado su poder? Nada de esto parecería que fuera a ocurrir por ahora en el disciplinado peronismo. El propio ex presidente se encargó de que nadie se saliera de la fila. Sí existieron claras señales de preocupación y malestar en el PJ, que fueron leídas desde la Casa Rosada como una luz de alerta en el hasta ahora uniforme paisaje kirchnerista.

No todos los reclamos que se escucharon fueron iguales. Tampoco los destinatarios son los mismos. Vale la pena diferenciarlos para poner en su justo contexto cada voz disonante.

El caso de Schiaretti es el más llamativo. Su faltazo a la Plaza de Mayo respondió al enfrentamiento que tuvo con el Gobierno. La Casa Rosada nunca consideró al mandatario cordobés como un interlocutor válido con los hombres de campo. Y Schiaretti terminó del lado del agro. Poco le faltó para reclamar junto con las entidades rurales que la Presidenta bajara las retenciones. Los funcionarios de Schiaretti dicen que esta posición benefició al mandatario mediterráneo. Ayer, el propio gobernador dijo que no teme represalias de la Casa Rosada por su postura y explicó por qué no fue a la Plaza de Mayo: "Por la posición que asumí frente al conflicto de plantear la necesidad de resolverlo impulsando el diálogo y serenando los espíritus", destacó.

El caso de Das Neves responde a un enfrentamiento que tiene desde hace tiempo con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. El gobernador de Chubut se quejó en los últimos días por el manejo "desprolijo" del Gobierno en la resolución del conflicto del campo. El lunes último, Das Neves estaba dispuesto a faltar al acto de apoyo a la Presidenta. Pero un llamado de Néstor Kirchner lo hizo cambiar de opinión. Según confiaron a LA NACION fuentes allegadas al gobernador de Chubut, en una larga charla telefónica que tuvo con Kirchner, Das Neves manifestó su enojo con el jefe de Gabinete y con el ministro de Economía, Martín Lousteau, por no consultar a los gobernadores antes de tomar una medida de fuerte impacto como la que resolvieron con las retenciones.

También hubo quejas por el tono del discurso de la Presidenta, que, según Das Neves, se contradijo con el nivel de diálogo que el mandatario mantiene desde hace ocho meses con los ruralistas a raíz de la sequía en el campo. Tras la catarsis de Das Neves, Kirchner lo convenció de sumarse al acto de la Plaza de Mayo y le prometió un mejor diálogo con la Casa Rosada. Das Neves, dicen sus allegados, no quedó del todo conforme.

Gioja, Jaque y Herrera se enteraron el lunes último, cuando Cristina Kirchner lanzaba las medidas para frenar el paro del campo, que sus provincias quedaban marginadas de los beneficios impositivos que proponía la Nación para los productores agropecuarios en relación con subsidios por los fletes.

Ante ello, Jaque y Gioja le plantearon sus quejas al ministro de Economía. Según pudo reconstruir LA NACION, hubo conversaciones cruzadas entre la Jefatura de Gabinete y Economía. Finalmente, se acordó un encuentro de los gobernadores cuyanos con Lousteau, que se realizará la semana que viene, para destrabar este conflicto.

Además, la escalada verbal de la Presidenta preocupó a más de uno. En la antinomia campo-oligarquía que impuso la Casa Rosada los gobernadores de San Juan, Mendoza y La Rioja interpretaron que "se metió a todos en la misma bolsa", según dijo un funcionario mendocino. Es decir, se mezcló a los sojeros con los productores del vino, la aceituna y las hortalizas que se habían sumado a la protesta en Cuyo.

Desfile de quejas

Scioli tuvo que soportar el desfile de casi un centenar de intendentes bonaerenses por La Plata. Hubo fuertes quejas y preocupación de jefes comunales de las 5°, 6° y 7° sección electoral, durante un encuentro que mantuvieron por separado con el jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez. Allí se mencionó que el malestar del campo en Bolívar, Ayacucho, Carmen de Patagones, Olavarría o Coronel Suárez ya empezó a golpear la gestión de los jefes comunales.

Fuentes de la administración bonaerense dijeron a LA NACION que también se produjeron reclamos para que parte de la recaudación del aumento a las retenciones se coparticipe a los municipios sojeros. Pero Scioli no dio muestras de que esto se pueda llegar a ser cumplido por la Nación.

Una propuesta similar evalúa en estas horas el ex gobernador santafecino y actual senador del PJ Carlos Reutemann, que hizo público su malestar con la Casa Rosada, al destacar anteayer a LA NACION: "En las rutas nunca vi golpistas". El senador analiza, a la vez, un proyecto de ley para exigir regalías a la Nación de los distritos donde se produce soja, en línea con las regalías de las provincias petroleras.

Es probable que esta masa crítica de dirigentes del PJ se disuelva con las horas y la tarea persuasiva de Néstor Kirchner. Pero ya sentó precedente en un mundo kirchnerista donde hasta ahora no reinaba el disenso o la queja.

Por Martín Dinatale
De la Redacción de LA NACION