A los pies de Jesucristo muerto, ante la hermosura afeada , la lumbre obscurecida y la vida muerta, pensemos en las palabras que en el primer Viernes Santo de la Historia pronuncio desde la Cátedra Divina el Maestro del Cielo…
Unos momentos antes de expirar nos llama Jesucristo a todos los hombres al decir “ Sitio “, tengo sed; sed ansiosa de que todos los hombres vayan a ÉL para llenarse de sus tesoros celestiales
Unos todavía hoy no lo pueden oír porqué están aún muy lejos; son los que esperan que se les enseñe el camino que conduce a la Salvación; otros se han alejado del Sediento Divino, o porque siguen ciegamente sus pasiones o porque no han visto la verdadera caridad en los cristianos; otros lo han oído, pero no han atendido su ruego, a pesar de ser su ruego de moribundo, y al mismo tiempo ruego del Redentor; y por esto se afanan tanto en adquirir y en retener las cosas vanas de este mundo.
Día apto par volver todos a Jesucristo , nuestro Maestro. Prometerle, encomendarnos,, y ayudar a los que viven lejos de la sombra de la Cruz Redentora. Acerquémonos a recibir el perdón de los pecados a los pies de Dios, que muere entre dolores, para que nosotros vivamos para siempre entre delicias, y aplaquemos hoy la sed que tiene nuestra caridad, de nuestra vida austera, de nuestra pureza y de nuestro amor .EL DIRECTOR.