Editorial “ Poco y Bueno “. Serie Doctrina.
Por José María Permuy Rey.
El mero paso de los medios de producción a propiedad del estado dentro del sistema colectivista, no equivale ciertamente a la “ socialización “ de esta propiedad. Se puede hablar de este fenómeno únicamente cuando quede asegurada la subjetividad de la sociedad, a saber, cuando toda persona, basándose en sus propio trabajo , tenga título a considerarse al mismo tiempo “ copropietario “ de esa especie de un gran taller de trabajo en el que se compromete con todos. Un camino para conseguir esa meta ,podría ser el de asociar , en cuanto sea posible, el trabajo a la propiedad del capital y dar vida a una rica gama de cuerpos intermedios con finalidades económicas, sociales ,culturales : cuerpos que gocen de una autonomía efectiva a los poderes públicos, que persigan sus objetivos específicos manteniendo relaciones de colaboración real y mutua, con subordinación a las exigencias del bien común y que ofrezcan forma y naturalezas de comunidades vivas ; es decir, que los miembros de las respectivos sean considerados y tratados como perdonas y sean estimuladas a tomar parte activa en la vida de dichas comunidades “.
Aquí vemos apuntada otra profunda diferencia entre los que postulan el capitalismo y las enseñanzas de la Iglesia..
Aquellos consideran que el fracaso del colectivismo marxista, y su estrepitosa caída demuestra que no existe otra opción económica más justa y eficaz que el liberalismo económico. Para ellos cualquier alternativa al capitalismo tiene que ser irremediablemente un socialismo más o menos encubierto, como el comunismo, la socialdemocracia, o el llamado Estado del bienestar. No conciben otra forma de socialización que aquella que atribuye al Estado la propiedad de los medios de producción, o su control por medio de la presión fiscal
Sin embargo, JUAN PABLO II, denuncia esa postura maniquea, advirtiendo que “ queda mostrado cuán inaceptable es la afirmación de que la derrota del socialismo deje al capitalismo como único modelo de organización económica “
“ Ingentes muchedumbres. Viven aún en condiciones de gran miseria materia y moral. El fracaso del sistema comunista en tantos Países elimina ciertamente el obstáculo a la hora de afrontar de manera adecuada y realista estos problemas; pero eso no basta para resolverlos. Es más, existe el riesgo de que se difunda una ideología radical de tipo capitalista, que rechaza incluso el tomarlos en consideración, porque a priori considera condenado al fracaso todo intento de afrontarlos y, de forma fideísta, confía su solución al libre desarrollo de las fuerzas del mercado “ (C.A).
“ Tras derrumbamiento del edificio ideológico del marxismo. Leninismo en los antiguos países comunistas, no se detectan tan sólo, una pérdida de la orientación, sino también el apego ampliamente extendido al individualismo y al egoísmo que caracterizan y siguen caracterizando a Occidente Semejantes actitudes no pueden transmitir al hombre un sentido de la vida y darle esperanza. Todo los demás, pueden satisfacerlo temporalmente con lo que él interpreta como realización individual. En un mundo en que ya no existe nada verdaderamente importante, en el que pueda hacerse lo que se quiera, existe el riesgo de que los principios, verdades y valores trabajosamente adquiridos en el curso de los siglos queden frustrados por el liberalismo que no deja de extenderse cada vez más “ ( JUAN PABLO II, Discurso a los obispos alemanes de las provincias eclesiásticas bávaras en visita “ ad limina “ “ 4-12-92 ). Es evidentemente intrínseca perversidad del comunismo no hace bueno al capitalismo liberal. Y además no hay que olvidar que, que como ya dijera PIO XI en su DIVINI REDEMPTORIS, fue el liberalismo el que preparó el camino del socialismo: “ Para comprender cómo el comunismo ha conseguido que las masas obreras lo hayan aceptado sin discusión, conviene recordar que los trabajadores estaban ya preparados para el abandono religioso y moral en que los había dejado la economía liberal “.
Por lo demás ,JUAN PABLO II propugnó- como acabamos de leer- frente al reduccionismo, escepticismo y desconfianza de los liberales, la invención t adopción de modelos de socialización que asignen la propiedad de la empresa privada, sino que contribuyen a su difusión y universalización ; sitúan al trabajo en una posición de prioridad frente al capital, dejando de ser el protagonista de la economía ; y tienden a sustituir el salariado por la participación de los trabajadores en los beneficios, la gestión y la propiedad de la empresa en la que aportan su esfuerzo físico, intelectual o directivo .Postulados, todos estos, reiteradamente considerados por la Iglesia Católica desde LEON XIII.
PIO XII- y aquí también se puede apreciar divergencias entre el liberalismo y catolicismo en cuanto al papel del Estado en la economía- no tenía reparo en enseñar que “ el Estado no pude, ni en el interés común, intervenir para reglamentar su uso ( el uso de la propiedad ) o incluso, sino se puede proveer equitativamente de otro modo, decretar la expropiación, dando la indemnización conveniente. Para idéntico fin, deben ser garantizadas y fomentadas la pequeña y mediana propiedad en la agricultura, en las artes y oficios, en el comercio y en la industria ; las uniones cooperativas deben asegurarles las ventajas de la gran hacienda donde la gran empresa aun hoy se manifiesta más productiva, debe ofrecerse la posibilidad de suavizar el contrato de trabajo con un contrato de sociedad “
Por otra parte. Según JUAN XXIII ( MM)- la acción de los poderes públicos a favor de los artesanos y los ccoperativistas hallan su justificación, además en el hecho de que unos y otros portadores de genuinos valores humanos y contribuyen al progreso de la civilización.
“ Además, moviéndonos en la dirección trazada por Nuestros Predecesores, también Nos consideramos que es legítima en los obreros la aspiración a participar activamente en la vida de las empresas, en las que están incorporados y trabajan “
Continuaremos con la 4ta. parte y final .El Director )