BOLETIN DEL CENTRO NAVAL Nº 776
“CONFLICTO DEL ATLÁNTICO SUR”
Por el Sr. ALMIRANTE JORGE ISAAC ANAYA.
Continuación de “ El punto de vista británico.”
“…el 20 de marzo el gobernador de las Islas Malvinas informó a la oficina de Asuntos Exteriores que había recibido un comunicación del Comandante de la base de Grytviken donde informaba que se había observado el “ BAHÍA BUEN SUCESO “ en el puerto de Leith y en tierra a un grupo bastante numeroso integrado por personal civil y militar. Se habían oído disparos, se había izado la bandera argentina y se había ignorado una nota de advertencia sobre los desembarcos no autorizados…La Oficina de Asuntos Exteriores y del Commonwealth impartió instrucciones a la Embajada británica en Buenos Aires para que entregara un mensaje en la Cancillería Argentina, diciendo que el incidente se consideraba grave y que si el “ BAHÍA BUEN SUCESO “ no se retiraba inmediatamente, el gobierno británico tomaría las medidas que considerase necesarias .La Oficina de Asuntos Exteriores y el ministro dispusieron que el HMS ENDURANCE debía partir el día siguiente a las Giorgias del Sur con Infantes de Marina adicionales a bordo, a menos que los argentinos obedeciesen las órdenes del gobernador…” ( Párrafo 169).
“…El 21 de marzo el comandante de la base Grytviken informó que la bandera argentina había sido arriada en Leith…El embajador británico en Buenos Aires informó de la repuesta oficial del gobierno argentino que, sin presentar disculpas, expresó que esperaba que n o se exagerara la importancia del acontecimiento…El Comandante de la Grytviken informó que algunos argentinos estaban vestidos con lo que a él le pareció ropa de estilo militar, pero que no llevaban armas de fuego…(Párrafo ) 170 ).
“ ..El 23 de marzo, el embajador británico en Buenos Aires recibió la información de la Oficina de Relaciones Exteriores que los ministros habían decidido que el HMS ENDURANCE debía continuar viaje a la Giorgias y retornar de allí a los argentinos…” ( Párrafo 180 9.
“…Ese mismo día ( 23 de marzo ) se citó al embajador británico para una entrevista con el doctor Costa Méndez, quien expresó su sorpresa ante la rapidez con que el gobierno británico se decidió a tomar una medida tan grave, sin agotar las opciones diplomáticas…(Párrafo 182 “.
“…El Embajador británico advirtió que, desde el punto de vista de Buenos Aires la reacción del gobierno ante el mal comportamiento, trivial y de bajo nivel del señor Davidoff, poda infligir graves daños a toda la estructura de relaciones bilaterales…(Párrafo 183 “.
“..El doctor Costa Méndez preguntó, el 25 de marzo, si la orden de expulsión podía ser revocada si el señor Davidoff ordenaba a sus hombres que completaran las formalidades de desembarco, haciendo “ sellar sus tarjetas blancas “ en Grytviken. El embajador británico recomendó que se siguiera este curso de acción teniendo en cuenta el riesgo de un enfrentamiento militar…Esto de acuerdo que este era el curso de acciones más razonables…siempre que lo que se sellaran fueran los pasaportes y no las tarjetas blancas “…(Párrafo nº 198 )
“…Se presentó de inmediato una evaluación titulada : “ Falkland Islands-the inciden ton South Georgias “, que fue difundido el 31 de marzo de 1982 por el Grupo de Inteligencia de Actualidad de América Latina. Este informe estimaba que el desembarco en las Giorgias del Sur no había sido planificado por el gobierno argentino…no se consideraba que el desembarco no autorizado formara parte de los planes de la Armada Argentina…La evaluación llegaba a la conclusión de que el objeto principal que perseguía la Junta Argentina en su manejo de la disputa de las Islas Malvinas, consistía en persuadir al gobierno británico de que negociara el traspaso de la soberanía y era probable de que se tratara de utilizar el incidente de las Giorgias del Sur para obtener la pronta apertura de las conversaciones sobre la base tratada en Nueva York en febrero de 1982…” (Párrafo 230 ).
Es sugestivo que esta evaluación del incidente en las Giorgias, difundido el 31 de marzo
De 1982-y con seguridad elaborado antes- no haya tenido debidamente en cuenta la ausencia de responsabilidad tanto del gobierno argentino como de nuestra Armada y haya insistido, en cambio, en que las autoridades británicas reaccionaron como lo hicieron ante el supuesto de obtener la propia apertura de las negociaciones.
La crisis de la semana comprendida entre el 19 y el 26 de marzo de 1982, ocurrió ciertamente como la describen los párrafos transcriptos, pero se alimentó con otros ingredientes que no pueden omitirse: la presión parlamentaria, la inflamada participación de los medios de comunicación, la imprudente- ¿ calculada – actitud del gobernador de la Colonia- alarmista en los mensajes a su metrópoli, agresiva en sus acciones y provocativa en el manejo del frente interno., la desmedida escalada inicial con la proyección del poder naval como superfluo acto de hostilidad y la pautada sucesión de ultimátums cada vez más apremiante y compulsivos.
El conflicto se mostraba imprevisible en su desenlace militar, paro para Inglaterra la opción bélica era un recurso tantas veces calculado ya resultaba familiar y razonable.
La verdad es que no todas las previsiones británicas para el uso del poder militar fueron papeles escritos; los planes contingentes, que periódicamente elaboraban los Estados Mayores en relación con un lejano conflicto por las Malvinas, gozaban en el Reino Unido de mejor y más larga vida que sus negociaciones diplomáticas de fachada.
La reacción inglesa en el apresto- que incluyó importantes modificaciones estructurales en numerosos barcos-, el envío de la Fuerza de Tareas Corporate, y la magnitud de la repuesta- con ciento cuarenta unidades (140 de superficie, con dos (2 ) portaviones, veintiocho mil (28.000) hombres, ciento cuarenta (140 ) helicópteros, sesenta ( 60) aviones de combate, cinco ( 5 ) submarinos nucleares de ataque y uno ( 1) convencional – corroboran su constante determinación de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza militar y confirman la vigencia y el desarrollo alcanzado por su planificación previa.
Debe puntualizarse por último, que los párrafos 62 y 149 del Informe FRANKS transcriptos precedentemente, mezclan verdades con falsedades.
Así, en el párrafo 62 se afirma que en octubre de 1977 me desempeñaba como agregado naval en Londres, cuando lo cierto es que ocupé ese cargo en 1975. Desde el 8 defebrero de 1976 y hasta el 7 de diciembre de 1977 fui Comandante de la Flota de Mar y en tal carácter, me cupo el deber, ente el 24 de setiembre y el 2 de octubre de 1977, en defensa de los intereses marítimos argentinos, de detener y apresar a siete barcos pesqueros soviéticos y a dos búlgaros que pescaban ilegalmente en aguas argentinas, todos ellos dentro del límite de las doscientas millas del territorio continental.
También es verdad que había cerca de treinta unidades soviéticas pescando en proximidades de Malvinas, pero de éstas últimas ninguna fue detenidas, en cumplimiento de órdenes superiores que así indicaron. Efectivamente para diciembre de 1977, se había acordado reiniciar la cuestión soberanía y por eso, antes de proceder a la eventual captura de aquellas naves, requerí autorización a mi superior vicealmirante Antonio Vañek, el cual la denegó pues no debía dársele a Gran Bretaña ninguna posibilidad de excusas para justificar nuevas dilaciones en las tratativas sobre el viejo diferendo.
No es cierto pues que haya estado en Londres en 1977, ni que haya llamado la atención a los funcionarios del Foreing Office, ni que los buques soviéticos y búlgaros que procedí a detener y apresar lo hubieran sido en aguas de Malvinas.
Hay que rectificar igualmente el párrafo 149, el cual transcribe un informe del Servicio de Inteligencia Británico, que revela con exactitud lo decidido por nuestro Comité Militar el 9 de marzo de 1982, pero que , con su clásica conducta, los redactores agregan un matiz tergiversador. Sucintamente : que el doctor Costa Méndez había dicho que “ si las conversaciones no producían resultados se montaría una campaña contra Gran Bretaña en organizaciones internacionales “ era cierto ; que “ si ésta no prosperaba y lasa conversaciones sobre el Beagle no progresaban “, era una premisa falsa; y que “ era probable que no quedara otra alternativa que la fuerza “, era cierto
( Continuaremos con : “ La agresión británica según la requisitoria fiscal “
( Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas )..El Director..