sábado, diciembre 01, 2007

Dura crítica papal al ateísmo

LANACION.com

Dura crítica papal al ateísmo

En la encíclica Spe Salvi, Benedicto XVI cuestiona también al cristianismo por centrarse en la salvación individual e ignorar que el mensaje de Cristo es para todos

Viernes 30 de noviembre de 2007 | 09:50 (hace 11 horas)

ROMA.— El Vaticano presentó hoy la segunda encíclica de Benedicto XVI, Spe salvi , en la que el Papa ofrece un horizonte de esperanza a la humanidad, tras una época marcada por las ideologías, el relativismo y el materialismo.

En la encíclica Benedicto XVI critica con dureza al ateísmo moderno y dice que ha llevado a "las formas más grandes de crueldad y de violaciones de la justicia" que se hayan conocido hasta ahora en la humanidad.

El Papa cuestiona también al cristianismo y señala que al concentrarse en la salvación individual ignora el mensaje de Jesús de que la verdadera esperanza cristiana representa la salvación para todos.

Salvados por la esperanza es una exploración profundamente teológica de la esperanza cristiana en la vida eterna: que en el sufrimiento y en la aflicción de la vida diaria, la cristiandad ofrece a los feligreses un "camino de esperanza" hacia el reino de Dios.

"Debemos hacer todo lo que podemos para superar el sufrimiento, pero no tenemos el poder para eliminarlo del mundo. Sólo Dios es capaz de hacerlo", , escribe el pontífice.

En el documento de 76 páginas, Benedicto explica cómo el entendimiento cristiano de la esperanza cambió en los tiempos modernos, cuando el hombre buscó aliviar el sufrimiento y la injusticia que lo rodeaban. Benedicto señaló dos hechos históricos: la Revolución Francesa y la revolución del proletariado alentada por Karl Marx.

Benedicto criticó con dureza a Marx y el ateísmo de los siglos XIX y XX, causado por su revolución. Admitió, sin embargo, que ambos respondían a las profundas injusticias del momento.

"Un mundo marcado por tantas injusticias, sufrimiento inocente y cinismo de poder no puede ser el trabajo de un Dios bueno", escribió. Pero dijo que la idea de que el hombre puede hacer lo que no puede hacer Dios, creando una nueva salvación en la Tierra, era "tanto atrevida como intrínsecamente falsa".

"No es por accidente que esta idea ha llevado a las formas más grandes de crueldad y violaciones de la justicia. Un mundo que no puede crear su propia justicia es un mundo sin esperanza", expresa en la encíclica.

Asimismo, asegura que Jesús no trajo al mundo un mensaje socio-revolucionario como el de Espartaco y que tampoco fue un combatiente por una liberación política como Barrabás, sino que dio algo mucho mayor: "El encuentro con el Dios vivo, con una esperanza más fuerte que los sufrimientos de la esclavitud y que por ello transforma desde dentro la vida y el mundo".

Ocho partes. La encíclica fue firmada hoy a las 11 (las 7 en la Argentina) por el pontífice en el Palacio Apostólico y está dividida en ocho partes y consta de 77 páginas.

El texto comienza con el pasaje de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos "en la esperanza fuimos salvados" y afirma que lo que distingue a los cristianos es que saben que su vida "no acaba en el vacío".

"El Evangelio no es sólo una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera, una vida nueva", escribe el obispo de Roma.

Las ocho partes del texto son "La fe es esperanza", "El concepto de esperanza basado en la fe del Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva", "La vida eterna", "¿Es individualista la esperanza cristiana?", "La transformación de la fe-esperanza cristiana en el tiempo moderno", "La verdadera fisonomía de la esperanza cristiana", "Lugares de aprendizaje y de ejercicio de la esperanza" y "María estrella de la esperanza".

Los "Lugares de aprendizaje y de ejercicio de la esperanza" los divide en tres: la oración como escuela de la esperanza, el actuar y el sufrir y el Juicio de Dios.

La encíclica la presentó el cardenal Georges Marie Martin Cottier, teólogo jubilado de la Casa Pontificia, y el jesuita Albert Vanhoye, profesor jubilado de exégesis del Nuevo Testamento en el Pontificio Instituto Bíblico.

Spe Salvi es la segunda encíclica del Papa, después de Deus caritas est ( Dios es amor ), de 2006.

El Pontífice comenzó su preparación la pasada Pascua, prosiguió durante el verano, aprovechando los días de descanso en la localidad alpina italiana de Lorenzago di Cadore y después en la residencia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, según precisó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Lombardi, que subrayó que la ha escrito totalmente el Papa, manifestó que tras la primera sobre el amor y esta segunda sobre la esperanza no se descarta que la tercera encíclica sea sobre la fe.



Benedicto XVI firma la segunda encíclica de su pontificado Foto: AFP