Benedicto XVI denuncia el abuso y la explotación «egoísta» que hace el hombre de las fuentes de energía
EFE |
ROMA
En una basílica de San Pedro abarrotada de fieles, en una noche fría y con una imagen del Niño Jesús a su lado, el Papa Ratzinger ha recordado en esta madrugada el nacimiento de Jesús, cómo María le envolvió en pañales y cómo le acostó en un pesebre, "porque no tenían sitio en la posada donde pretendían alojarse".
"La humanidad espera a Dios. Pero cuando llega el momento, no tiene sitio para él. Está tan ocupada consigo misma de forma tan exigente que necesita todo el espacio y todo el tiempo para sus cosas y ya no queda nada para el otro, para el prójimo, para el pobre, para Dios", se ha lamentado el pontífice.
"¿Tenemos tiempo para el que sufre y necesita ayuda?"
Benedicto XVI ha agregado que "cuanto más se enriquecen los hombres, tanto más llenan todo de sí mismos y menos puede entrar el otro" y denunció que "Aquel por el que el mundo fue hecho entró en el mundo, pero no se le escucha, no se le acoge".
En esa línea, el obispo de Roma se ha preguntado si los hombres tienen tiempo para el prójimo "que tiene necesidad de nuestras palabras, de nuestro afecto".
"¿Tenemos tiempo para el que sufre y necesita ayuda?. ¿Tenemos tiempo para el prófugo o el refugiado que busca asilo?, ¿Tenemos tiempo y espacio para Dios?, ¿Puede entrar en nuestras vidas?. ¿Encuentra un lugar en nosotros o tenemos ocupado todo nuestro pensamiento?", se ha preguntado.
Benedicto XVI ha respondido que el Mensaje de Navidad nos hace reconocer la oscuridad de un mundo cerrado, nos muestra la realidad diaria, pero que también nos dice que Dios "no se deja encerrar fuera y encuentra un espacio, entrando por el establo".
El Papa teólogo ha manifestado que en el establo de Belén está el punto de partida y que con su venida al mundo Cristo no reconstruye un palacio cualquiera, "ya que Él vino para volver a dar a la creación, al cosmos, su belleza y su dignidad".
La Navidad, "es la fiesta de la creación renovada"
En ese punto el Papa ha recordado la frase del Evangelio de Juan "la Palabra se hizo carne y puso su mirada entre nosotros" y a san Gregorio de Nisa (uno de los padres de la Iglesia) que la usaba con frecuencia y afirmó que el cosmos "está herido y desfigurado por el pecado".
"¿Que habría dicho (Gregorio de Nisa) si hubiese visto las condiciones en las que se hoy se encuentra la Tierra a causa del abuso de las fuentes de energía y de su explotación egoísta y sin ningún reparo?", se ha preguntado el Papa, que ha añadido que San Anselmo de Canterbury ya describió "de manera casi profética lo que nosotros vemos hoy en un mundo contaminado y con un futuro incierto". El Pontífice ha manifestado que la Navidad, "es la fiesta de la creación renovada".
Joseph Ratzinger también se ha referido al Padrenuestro y ha dicho que cuando decimos "padrenuestro que estás en los cielos" tenemos que tener que tener en cuenta que Dios "no se encierra en lugar alguno" y que el cielo "no pertenece a la geografía del espacio, sino a la geografía del corazón".
La misa, transmitida por 88 televisiones de 66 países de los cinco continentes, ha comenzado con el anuncio del nacimiento del Señor con la lectura del antiguo texto de las 'Kalendas'. Tras ello, ha seguido un homenaje floral ante una imagen del Niño Jesús realizado por varios niños de todo el mundo.
Mensaje de Navidad
Concluida la ceremonia, las miles de personas que han acudido a la basílica contemplaron en el centro de la plaza el Portal de Belén levantado delante del obelisco, que este año está ambientado en la casa de José, en Nazaret, y no en Belén, siguiendo el relato del evangelio de Mateo. José y María está circundados por cuatro ángeles provenientes de México. El resto de las figuras provienen de la región norteña italiana del Trentino y del Portal de Belén que fue realizado en 1842 por San Vicente Palotti. Al lado del Portal ha sido colocado el árbol de Navidad, que este año ha regalado la región italiana de Alta Badia, de 25 metros de alto.
Antes de la Misa del Gallo, a media tarde, Benedicto XVI encendió el Cirio de la Paz en la ventana de su apartamento, que da a la plaza.
Benedicto XVI volverá hoy a la basílica vaticana para leer desde el balcón central del templo el Mensaje de Navidad e impartir la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y a todo el mundo)