lunes, noviembre 19, 2007

El 20 de noviembre de 1936…

El 20 de noviembre de 1936…


asesinado por fusilamiento en Alicante. España. por los Rojos.

Jefe de Falange Española Tradicionalista de la J.O.N.S.( Juventud de Ofensivas Nacional Sindicalistas ).

La Madrugada del Viernes 20 de Noviembre de 1936.

EL ÚLTIMO MINUTO.

Por disposición del Gobierno rojo: la ejecución de José Antonio hubo de tener lugar en el patio de la cárcel. Hasta entonces los fusilamientos en Alicante habían sido precedidos de “ paseoshasta las afueras de la ciudad ,donde se consumaban .Con José Antonio había el temor de un golpe de mano de sus partidarios. No en balde había llenado de zozobra a los marxistas la presencia de Agustín Aznar en la ciudad dos meses antes. Lo esperaban y lo temían todo de Falange.

Cuando José Antonio , sereno y tranquilo, apareció en el patio, sólo se hallaban en él los hombres que formaban el piquete y otros cuatro condenados a muerte que iban a ser su guardia de honor al salir de la vida. Los condenados hablaban con Dios en hondísima plegaria, mientras que los del piquete bromeaban blasfemando. Al aparecer José Antonio, se hizo silencio profundo. El director le indicó el sitio donde debía colocarse. Antes de ir a él, estrecho la mano del Director y de los oficiales, diciéndoles:

-Si alguna vez les he molestado o algo malo he hecho, perdónenme.

A los que con él iban a caer por España también les dio la mano fuertemente y les alentó con entereza y valor :

-Muchachos, tened ánimo. Esto es un momento nada más, y vamos a un vida mejor. Morimos por España. ¡ Arriba España !

Fue hacia el sitio marcado. Se lo colocó en el extremo de la izquierda del grupo de condenados, un poco apartado de ellos, Se despojó del abrigo y lo arrojó al suelo, junto a la tapia que quedaba a la izquierda.

Un miliciano apresuró a recogerlo, probablemente bajo una suave sonrisa de José Antonio. Contra lo que alguien ha dicho, ni el quitarse y arrojar el gabán fue un gesto de desafío a los milicianos, ni José Antonio increpó a aquellos ex hombres que cumplían la oscura consigna de quitarle la vida. Sólo parece ser cierto que, ligeramente pálido dijo a los que formaban el piquete: “ Apuntad bien, porque os van a faltar pronto las municiones “.

Dicho lo cual, se cruzó de brazos y adelantó ligeramente el píe izquierdo para esperar la muerte. Parece ser que los hombres del piquete, desconcertados por la calma extraordinaria de José Antonio – tal vez sedientos de su sangre o temerosos de un milagro divino que les arrancara de la muerte que rondaba en los gatillos de sus fusiles –se precipitaron e hicieron la descarga antes que el teniente que los mandaba- llamado, según unos, José Vázquez, y según otros , Juan González- diese la orden de fuego. Con lo que José Antonio no tuvo tiempo de levantar el brazo para morir saludando a la muerte con el saludo de Falange. El grito de “” ¡ Arriba España !”lo ahogaron las balas. Pero “ empezaba a amanecer “. Era exactamente las siete menos veinte de la mañana, aunque la hora señalada para la ejecución eran las seis y media.

Todo el plomo del piquete acribilló el cuerpo de José Antonio, que se desplomó instantáneamente, teñido por borbotones de sangre generosa. Ni una sola de las balas de las descargas alcanzó a los otros condenados- cuatro mozos de Novelda: dos falangistas, llamados Ezequiel Mira Iniesta y Luis Segura Baus, y dos requetés, Vicente Muñoz y Luis López López -, sentenciados en causa distinta a la de José Antonio.

Ellos vieron caer al Jefe y oyeron otra vez el terrible rechinar de los cerrojos poniendo en la recámaras las balas para sus cuerpos.

Un segundo después los tiros de gracia. Los cinco gloriosos cadáveres se cargaron en una ambulancia. El de José Antonio, encima del montón macabro para que las tiorras “ y los milicianos que esperaban en la puerta trasera de la cárcel puedan ver cómo se ha cumplido la sentencia inexorable .Para que las arpías y los monstruos que esperaban a las puertas de la cárcel comprobaran al primer golpe de vista que el Jefe de la Falange Española iba muerto y bañado en sangre dentro de aquella ambulancia. En efecto : al salir de la cárcel el triste cargamento, alguien abrió la puerta trasera del vehículo fúnebre y la chusma desdichada, sin alma y sin piedad, se alzó de puntillas hasta ver con sus ojos el cuerpo inerte y acribillado de José Antonio Primo de Rivera - reportaje de José Escalera, publicado en F.E., de Sevilla, el 18 de noviembre de 1939-

Solo en su celda, hincando con rabia los dientes en el pañuelo, Miguel derramaba las lágrimas mas amargas de su vida…

En su prisión rezaban y lloraban Carmen, Margot y la tía María…

Y en toda España. El cielo llovía mansamente sobre los campos desnudos del invierno, aterrados por la guerra civil, que ignoraban la desgracia…

( Pág. 544. de José Antonio ( biografía apasionada ) por Felipe Ximenez de Sandoval. Fuerza Nueva Editorial, S.A.. prólogo de Blas Piñar.(*)

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(*) Don Blas Piñar – Escribano- Este Director tuvo el honor de conocerlo en 1978 ,en su escritorio , ya como Jefe de la Falange Española y hablamos de España …

He visitado la tumba de José Antonio en tres oportunidades. En 1954 cuando descansaba al pie del altar del Monasterio del Escorial ,un 20 de noviembre, aniversario de su muerte, en un rincón del Patio de los Reyes, con toda la Falange formada y el Caudillo Francisco Franco, atravesando el centro de la formación para ingresar a la magnífica Iglesia , mientras “ El Cara al Sol “ ,atronaba el ambiente .Inolvidable !... Había llegado allí, en hombros de su camaradas que los trasladaron a pie, desde donde cayó en Alicante…

Ya en 1978 y 1983 en el Valle de los Caídos ,ya trasladado , también ante el altar en que descansa y en la parte posterior de éste , la tumba de Franco.

El Director.