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Líneas Aéreas Federales Sociedad Anónima, LAFSA (rebautizada como Líneas Aéreas Federales Sin Aviones), es una empresa estatal creada por el decreto 1238 en 2003, que nunca voló ni lo hará, que lleva gastados desde su creación 125,7 millones de pesos (unos 40.629.646 de dólares con 39 centavos) y aloja aún a 99 empleados --entre ellos cinco gerentes con salarios de bolsillos superiores a los 10.500 pesos-- en dos pisos de una de las zonas más caras de la Capital Federal: Ramos Mejía y Libertador, a metros de la Torre de los Ingleses. Esos cuarenta millones de dólares en personal que navega hace tres años a la deriva representan, para tener una idea de la entidad del gasto, lo mismo que el gobierno asignó en 2007 para la Cuenca Matanza-Riachuelo, o una cifra similar a la que se destina para fomentar las actividades de pequeñas y medianas empresas, o la mitad del programa "Más escuelas, mejor educación". En 2006, 6.764.736 pesos de nuestros impuestos fueron a parar a LAFSA en concepto de Plan de Acción y Presupuestos de Caja, Remuneraciones, Recursos Humanos e Inversión Real Bruta, y Financiamiento Asociado. En 2006 se contemplaron también gastos por 1.000.000 de pesos en concepto de "asesoramiento" no especificado. El personal actual de LAFSA se compone de: el ingeniero José Alberto Bidart (uno de los operadores del ministro Julio de Vido), designado presidente; Nicolás Scioli, hermano del vicepresidente de la Nación, uno de los primeros miembros del directorio y el único que percibía sueldo, según informó Alberto Fernández al Congreso. El gerente general (¿de quién?) es Guillermo Ballesteros, el gerente de Atención al Pasajero (sí, usted acaba de leer atención al pasajero) es el Auxiliar de a Bordo del avión presidencial Tango 01 (en uso de licencia en su otro trabajo). Cada uno de ellos lleva ya tres años y cobran unos 10.500 pesos más tickets canasta y viáticos. Hay 96 personas de planta permanente. Diez gerentes. Catorce pilotos y copilotos. Dos tripulantes de cabina. Diez Supervisores Jefe. Veinte Técnicos aeronáuticos. Diez administrativos. Treinta operadores de rampa (¿adónde darán las rampas?). Y todo para no volar. En el país de Néstor y Cristina todo es posible. |
La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1