18/09/2007
DE CÓMO LA ARGENTINA PUEDE CAER COMO UNA PERA MADURA EN EL MARXISMO
Por Cosme Beccar Varela
En los círculos de la derecha se habla mucho de Antonio Gramsci, un marxista italiano nacido en 1891 y muerto en 1937. Nunca publicó un libro. Todas sus ideas están expuestas en artículos y en cincuenta cuadernos escritos en la cárcel. Sin embargo, su influencia en el mundo actual es enorme, pero discreta.
¿Cual es la originalidad de Gramsci? Hacía rato que tenía in mente esa pregunta sin respuesta hasta que encontré un pequeño folleto del padre Alfredo Saenz SJ, publicado por la Corporación de Abogados Católicos en 1988, en el cual se explica con claridad meridiana qué es lo esencial del pensamiento del marxista italiano.
"La filosofía de la praxis - nombre con el cual Gramsci siempre menciona al marxismo, explica el Padre Saenz en el folleto del cual saco la cita- presupone ese pasado cultural, el renacimiento, la reforma, la filosofía alemana, la revolución francesa, el calvinismo y la economía clásica inglesa, el liberalismo laico y el historicismo que se encuentra en la base de toda la concepción moderna de la vida", (pag. 9)
Es decir, la secta marxista es el resultado de cinco siglos de revolución religiosa, intelectual y política, ya que todas esas escuelas que Gramsci menciona son otras tantas negaciones de la vieja civilización cristiana fundada en el catolicismo.
Consecuentemente, en la medida en que el mundo moderno y sus habitantes piensen como laicistas, como historicistas, como relativistas o como liberales -como es el caso de la inmensa mayoría de las "clases cultas" argentinas- en esa misma medida van engendrando marxismo necesariamente, con una lógica inexorable. O los buenos burgueses argentinos se dan cuenta de esto y rechazan lo que hoy constituye la base de su forma de pensar, o la república marxista que se está gestando en el seno de nuestra sociedad surgirá y dominará nuestra nación tarde o temprano.
Es precisamente la filosofía gramsciana de la "praxis" la que nos permite entender cómo se origina una tiranía marxista en las entrañas de una sociedad liberal, aparentemente pacífica e inofensiva.
El marxismo, además de ser una filosofía falsa, tiene una teoría de la acción y una práctica conforme a esa teoría (la "praxis"). Al comunismo, la más exitosa de las variantes marxistas, no le importa tanto convencer a todos los integrantes de un país cuanto lograr que quienes deciden sobre el rumbo de ese país actúen de acuerdo a la estrategia adoptada por aquel para lograr el poder e imponer sus ideas. Alguien puede tener ideas anti-comunistas, pero si hace lo que al comunismo le interesa que se haga en un momento determinado, ese tal es un comunista práctico.
Eso es lo que queda clarísimo en la filosofía de la praxis de Gramsci.
Gramsci descubrió "que no toda mutación en las relaciones económicas determina ineluctablemente un cambio político e ideológico" (pag. 18, op.cit) Por eso, no importa que un país dominado por el comunismo adopte un sistema económico de tipo capitalista. Seguirá siendo comunista, a pesar de que los tontos en Occidente crean que por el sólo hecho de haber puesto los bienes del Estado a nombre de algunos testaferros que viajan en primera y viven como reyes, el país dejó de ser comunista. Y por otra parte, el hecho de que en un país liberal no haya conflictos obreros virulentos y que la gente viva más o menos bien, no lo exime del peligro de caer en el comunismo.
El gran descubrimiento de Gramsci fue ver que si el marxismo controla o influye decisivamente en los organismos, las instituciones y las personas que forman la opinión de una sociedad, ésta caerá inexorablemente bajo la dominación política del marxismo.
Al conjunto de esos organismos e instituciones formadores de opinión les llama Gramsci, "la sociedad civil". "La sociedad civil es el campo de batalla donde se difunden y luchan entre sí las diversas ideologías o, mejor, las diversas cosmovisiones que amalgaman desde las expresiones más elementales del sentido común de la gente sencilla, hasta las elaboraciones más sofisticadas e intelectuales. La organización triunfante en esta lucha ideológica en la sociedad, las que logran apoderarse de la dirección intelectual -es decir, lo que se piensa- y de la dirección moral -es decir, lo que se valora- de la sociedad, forman parte de la 'supestructura' y atraen hacia el grupo dirigente la adhesión de las clases subalternas...Tales organismos son la escuela, la Iglesia, los llamados medios de comunicación social, etc." (pag. 18, op. cit.)
La sociedad política no es otra cosa que aquellos sectores de la "superestructura" que disponen de la fuerza pública que puede obligar coercitivamente bajo pena de muerte, prisión, confiscación u ostracismo a los no que no se dejan convencer por la ideología dominante en la sociedad civil.
La "filosofía de la praxis" gramsciana, por lo tanto, sostiene como su tesis principal que es necesario apoderarse de la "sociedad civil", es decir, lograr hegemonía ideológica sobre las masas y sobre la "intelligentzia" antes de provocar la revolución política, pero que una vez logrado el dominio de la "sociedad civil" el poder político caerá en manos del marxismo como una pera madura.
Agradezco la luminosa explicación del Padre Alfredo Saenz SJ que acabo de resumir. Creo que ahora Ud. y yo tenemos, estimado lector, la posibilidad de entender mejor cual es el plan que está detrás de la tiranía "kirchnerista". Junto con eso, tenemos la posibilidad de luchar para frustrarlo, siempre y cuando pongamos manos a la obra con inteligencia, unión y amor a Dios y a la Patria.