La nota “Prescribió una causa contra Oscar Shuberoff”, aparecida en La Nación del 6 del corriente, relata la inconcebible prescripción de las acciones en las cuales se probó la omisión del otrora crónico rector de la Universidad de Buenos Aires al “olvidar” declarar ante el fisco sus numerosas propiedades en el extranjero, sospechadas además de haber sido obtenidas con fondos ilícitos. Todo a raíz de la aplicación de esa suerte de ley de autoamnistía sancionada por el gobierno del presidente Kirchner, referida a las prescripciones por lentitud judicial. El asunto decepciona al más crédulo. De ahí que los legos nos preguntemos cuántos otros altos funcionarios con causas pendientes (tipo los desaparecidos fondos de Santa Cruz) encontrarán cobijo en las polvorientas estanterías de los Tribunales.
Vaya a saber si la Dra. Servini de Cubría y los camaristas que acompañaron su postura tendrán idea del costo que estos periódicos “liftings” judiciales provocan al fatigado resto de espíritu republicano del pueblo argentino.
Lo cierto es que los mismos activistas que en la época en que se iniciara la causa habían acompañado a Shuberoff para provocar la renuncia del único director por concurso en la historia del Hospital de Clínicas, Prof. Dr. Juan Antonio Mazzei, denunciante del ilícito prescripto, son los que siguen sitiando hoy al hospital universitario. De modo que la atención y la educación médica que debieran tener allí su expresión más alta, sigan moribundas entre el accionar de las mafias y la ausencia de ideas rectoras.
Av. San Martín 1039, Bella Vista. Prov. de Buenos Aires. Tel.: 4666-4978