“ Mundo Hispánico “LA ERA GLORIOSA DE LOS AUSTRIAS “
España inició la unificación del orbe en un designio de paz.
Carlos V, fue el más grande europeo de todos los tiempos. 1ra. Parte.
Por Alexander von Randa.
No existe pueblo alguno cuya historia supere en grandeza a la Historia de España. Fue éste uno de los pueblos guerreros más grandes de la tierra; su presencia llegó a abarcar los dos tercios de la superficie del planeta y durante siglo y medio ninguno de sus ejércitos resultó vencido en “ batalla abierta “. Capitaneó una Commowealth católica que llegó a englobar a veinte pueblos de Europa y a otros tanto de Ultramar, teniendo en sus manos el cetro espiritual del mundo cristiano. Ningún pueblo lo superó en idealismo.
El pensamiento y la acción de España encarnaron precisamente aquello que se hecha de menos en la Europa moderna y en el mundo libre de hoy: quiso unificar a Europa y al orbe dentro de un designio de paz. Quizá el que ha escrito las cosas más bellas sobre este glorioso período del pueblo hispano fue el historiador alemán Kurt Breysig, en su obra Geschichte del Menschheit ;( Historia de la Humanidad ) sus palabras, precisamente por datar de una época ya algo distante a la nuestra y no haber sido escritas bajo la influencia de la caótica situación del mundo de hoy, cobran una viva actualidad:
“ En el apogeo de su poderío, España movilizó todos sus recursos para realizar el sueño de llegar a ser la nación rectora de Europa. Esta aspiración suya de alcanzar esa hegemonía iba, ya de suyo, asociada a un impulso de idealismo, a un espíritu de altruismo y heroica abnegación. En la España de Felipe II y de sus inmediatos seguidores, un nuevo factor vino a reforzar aún más este impulso idealista: el ardiente afán de sostener y dar una nueva expansión a la Iglesia, desgarrada por el cisma .Jamás pueblo alguno se lanzó con mayor ímpetu a la conquistas de las más altas metas políticas e idealistas que los españoles, puesto que éstos aspiraban a fundar el Estado universal con la Iglesia universal. Este poderío encontró su más sólido apoyo en el hecho de estar en una misma dinastía el Imperio alemán y el más fuerte Estado desmembrado de Alemania; ambos podían considerarse, por igual, instrumentos de España. Como protectora nata del catolicismo , la Corona española intervino en la guerra intestina alemana de los Treinta Años.Lo que la elevó a la cumbre fue el haber recurrido, en el máximo grado, a la fuerza y a la autoridad del Estado. Y no se debe a un puro capricho del azar el hecho de que España llegara a crear el más vigoroso, arrogante y hermoso ceremonial que jamás elevó en Europa los gestos y ademanes del hombre a la categoría de obra artística. ¿ Hemos querido borrar de la Historia de Europa la grandeza sobriamente altiva de la regia figura de Felipe II y de El Escorial- el palacio real más soberbio del mundo; la noble bondad del pintor de La rendición de Breda y el arte trágicamente sonriente del autor de la estatua ecuestre de Don Quijote, que han pasado a ser emblema y símbolo de la tragedia de su pueblo ?
Sin la educación y costumbres del actual pueblo español se echan de menos algunos elementos útiles de la civilización europea, pero también muchos de sus rasgos antipáticos; si su rostro lleva aún las huellas de la nobleza que no se encuentra en ningún otro pueblo del mundo, es porque todo esto no es más que la herencia, todavía viva, de aquella época que anteponía el idealismo político al utilitarismo, y cuyos errores tuvieron una grandeza mucho mayor que todas las virtudes de la perfección económica “.
EL SIGLO ESPAÑOL DE EUROPA.
Por uno de esos misteriosos designios de la Providencia que cambian el rumbo de la historia, España a partir de los Reyes Católicos, se convirtió en el pueblo rector del Nuevo y Viejo Mundo. En el término de breves años se precipitaron en dirección convergente y con simbólico ímpetu los acontecimientos históricamente decisivos. En 1492 se rinde Granada, se concluye la obra de la Reconquista y se inicia la Empresa de la Conquista del Nuevo Mundo, cuyo descubrimiento, al decir de, Gómara, “ la más grande después de la Creación del mundo, sacando la encarnación y muerte Del que lo crió “. En los años 1496 y 1497 España que vinculada, por el doble enlace matrimonial de Liers y Burgos, a la dinastía más importante de Europa. Ya Cánovas del Castillo había señalado, con toda justicia, que la era de los Austrias “ no fue un accidente, un paréntesis, sino el apogeo mismo de la historia española “. Y es que los Austrias habían descubierto una gran verdad, de la que todavía, no se han percatado muchos estadistas actuales, a saber : Que una Europa sin España no es Europa . No podemos por menos de dar la razón a Eugenio Montes cuando afirma que “ bajo ningún cielo voló más alta el águila de los Austrias que bajo el cielo de España “; pero tampoco es menos cierto que jamás ha habido una dinastía europea que haya estado más abierta a la mentalidad, carácter y cultura españoles que la dinastía de los Austrias. Amaron a España y forjaron el siglo español de Europa. No fueron extranjeros en España; un modernos genealogista austríaco- Otto Forst de Battaglia- señala muy acertadamente que Carlos V era , por su sangre, más que medio español. Así se explica que en el escudo europeo de Carlos V se diera los blasones españoles preferencia heráldica sobre los Austria y Borgoña. Y así se explica también que el Emperador diera categoría de legua europea al idioma español y proclamara públicamente que la noble lengua española merecía ser conocida por toda la cristiandad.
El Imperio seguía siendo todavía por aquella época la máxima autoridad moral en lo temporal, y casi no es necesario ponderar la importancia que para la cultura europea tuvo el hecho que durante dos siglos hubiera emperadores de la “ Augustísima Casa “, que se habían creado en España, se habían educado a la española y hablaban en español.
En el grandioso Archivo Real de Simancas se conserva un documento al que no se le ha prestado la debida atención, Nos referimos a una relación escrito en 1.600 por el plenipotenciario español de la Corte imperial de Rodolfo II, de Praga, documento que recuerda a las generaciones actuales la importancia del prestigio que tenía el idioma español como lengua europea: el embajador del Sha de Persia había hecho una visita a la Corte imperial para gestionar la preparación de una acción militar conjunta contra los agresores turcos. Pues bien ; este enviado del Sha era inglés, y, sin embargo, saludo al Emperador en lengua española. La que entonces era “ ciudad imperial “ de Praga estaba habitada por checos y alemanes ; pero Rodolfo II, “ Emperador de Alemania “, respondió asimismo en español al delegado inglés del Sha, “ con el aplauso de todos “ . Así lo dice el ministro plenipotenciario de Felipe II, don Guillén de San Clemente.
A partir del descubrimiento y conquista de América, la lengua española se convierte en lengua internacional: los Austrias la elevaron a la categoría de lengua oficial de Europa. Y esto que decimos no sólo se aplica a la lengua española, sino también a todos los aspectos culturales de este siglo español..
LA NACIÓN AUSTRÍACA, OBRA DE ESPAÑA.
Hoy, ya no es posible negar pues el siglo español fue una realidad europea. Aun antes de que el hispanismo hubiera alcanzado su auge actual, ya un filósofo alemán de cultura, de la talla de Oswaldo Spengler, había demostrado hasta que punto fue decisiva la importancia de España para Europa en aquella época. Hoy las palabras de Spengler cobran una significación mucho mayor que en el tiempo en que fueron escritas : “ La primera época del barroco, desde el Saco de Roma hasta la Paz de Westfalia- dice el filósofo alemán- fue el siglo español en el plano religioso, espiritual, artístico, político, moral ;ella constituyó, en todos los aspectos , la base y el supuesto previo de la estructuración políticosocial de las postrimerías del siglo de Luis XIV; se modeló en Madrid, que a la sazón era, juntamente con Roma, la capital del mundo de aquella época. El estilo de la Iglesia fue plasmado definitivamente por el español Ignacio de Loyola y por el Concilio de Trento, dominado por el espíritu ignaciano; el estilo político de Europa fue fijado- hasta el Congreso de Viena, y, en sus rangos esenciales, hasta después de la época de Bismarck- por el arte militar español, la política de gabinete de los cardenales españoles y el espíritu de la Corte de El Escorial. Y en España se encontraba entonces el centro de la política internacional.. Allí, en fin de cuentas, nació, con la cultura social, el estilo diplomático del barroco; concretamente en el Gabinete de Felipe II “
Una de las más importantes consecuencias de este siglo español fue, a juicio de Spengler, la creación de la nación austríaca : “ Con una población que no estaba aglutinada ni por lazos de lenguaje, ni de nacionalidad, ni de tradición, los Austrias consiguieron forjar una comunidad austríaca. Pero en el hombre europeo es tan fuerte el apego a su ascendencia genealógica y su conciencia repudia hasta tal punto la mentira, que la dinastía continúa definiendo toda la orientación política, incluso cuando ha dejado ya de existir; por eso el espíritu-el concepto de vida- de Austria es español, aun cuando ya no esté vivo ninguno de los Austrias “.
( Continuaremos con las 2da Parte:: “ La figura Universal del Emperador “. El Director.)