La Iglesia analiza pronunciarse sobre el caso de Von Wernich
Otro sacerdote fue citado a declarar como testigo en la causa contra el cura
El silencio que hasta ahora ha mantenido la Iglesia sobre el juicio que se le  sigue al ex capellán de la policía bonaerense Christian von Wernich sería roto  si finalmente éste fuera condenado.
Así lo prevén quienes siguen, no sin  dolor ni preocupación, el juicio contra el ex capellán de la policía. Aunque no  es admitido públicamente, si Von Wernich fuera condenado, la Iglesia podría  difundir un pronunciamiento.
En ese texto, que podría estar firmado por  la comisión ejecutiva del Episcopado, los obispos se lamentarían por los hechos  de los que resultara culpable el sacerdote y acentuarían su dolor "aun mayor"  por la violencia de la década del 70.
Quienes acusan a Von Wernich de  haber presenciado torturas infligidas a detenidos de la policía de la provincia  de Buenos Aires presentarán dentro de pocas semanas como testigo a otro  sacerdote. Es el padre Rubén Capitanio, un defensor de los derechos humanos y  párroco de Nuestra Señora de Luján en Centenario, un pueblo vecino a la ciudad  de Neuquén.
"No voy a declarar en contra del padre Von Wernich. Se me  cita como testigo de concepto y no de cargo para dejar claro que la doctrina de  la Iglesia no avala un comportamiento como el del que se lo acusa a él", se  anticipó. 
Capitanio, de 59 años, fue el primer sacerdote que acompañó a  las Madres de Plaza de Mayo desde 1978, con las que ahora no tiene una relación  tan estrecha como entonces. "En los últimos años se han dedicado más a tareas  sociales y no necesitan tanto como en aquellos años el acompañamiento de alguien  de la Iglesia", dijo en un diálogo telefónico con LA NACION el sacerdote, que  fue compañero de seminario de Von Wernich.
-¿Por qué cree que lo  citan a usted como testigo y no a un experto en doctrina? 
-Yo  siempre luché por los derechos humanos. La intención de la querella es mostrar  que, en el mismo momento de los hechos de los que se acusa a Von Wernich, hubo  en la Iglesia quienes obraron de una manera diferente, como para que no se diga  que la doctrina queda en pura teoría.
-¿Qué hizo cuando le pidieron a  usted que prestara declaración? 
-Me informé sobre las pruebas,  porque tenía la esperanza de que lo que decían que era muy feo no lo fuera  tanto. Me hicieron conocer pruebas muy concretas. No estoy siguiendo el juicio,  pero creo que las más graves aún no salieron a la luz.
-¿Esas pruebas  indican que el padre Von Wernich torturó? 
-Sinceramente, no creo...  Yo podré no estar de acuerdo con su práctica pastoral, pero él es mi hermano y  me cuesta creer que haya participado de las torturas. No lo digo por una defensa  corporativa o institucional, sino porque verdaderamente siento a Von Wernich  como un hermano. Ya me parece gravísimo que haya estado presente en el momento  de las torturas. Esto es grave para cualquiera, pero no olvidemos que se trata  de un sacerdote. Nosotros somos la Iglesia del crucificado y nunca podemos estar  del lado de los crucificadores.
-¿Cómo evalúa la actitud de la  Iglesia durante esos años? 
-Estoy convencido de que la Iglesia no  estuvo a la altura de las circunstancias. Pecamos de omisión. Pero no sólo los  obispos, sino también los sacerdotes y los laicos que vivíamos en un país bajo  el terror. Pero los obispos y sacerdotes tenemos una responsabilidad mayor. Digo  que la Iglesia es responsable de muchas vidas no porque las haya matado, sino  porque no ayudó suficientemente a salvarlas. Hubo casos específicos en los que  la intervención del nuncio o de algún obispo logró que apareciera una persona  que estaba desaparecida. Creo que está pendiente un pedido de perdón.  
-La Iglesia en la Argentina pidió perdón en 2000 .
-Sí.  Lo hicimos en un encuentro en Córdoba, pero no fue el marco adecuado y el pueblo  en general no entendió que estábamos pidiendo perdón. Por eso digo que está aún  pendiente.
-Si bien el derecho canónico prevé sanciones para los  clérigos que dañan o contribuyen a herir a otras personas, la Iglesia no hizo un  juicio interno a Von Wernich. 
-Todavía no lo hizo y me parece bien.  El obispo de Von Wernich [monseñor Martín Elizalde, de Nueve de Julio] es un  hombre que conoce muy bien el derecho y supongo que estará esperando que se  pruebe de forma irrefutable, y no sobre sospechas, si es culpable o no. Hasta  ahora la Iglesia guarda un silencio respetuoso hacia el hermano que está siendo  enjuiciado y hacia las víctimas.
-Hay otros juicios contra sacerdotes  por abuso sexual de menores... 
-Sí, y seguramente no faltarán los  que acusen a la Iglesia de cómplice de los torturadores y de abusadores. Pero,  así como un juicio cualquiera no se hace contra la familia de la persona  acusada, sino contra ella particularmente, lo mismo sucede en este caso. 
Por Silvina Premat
De la Redacción de LA NACION