Panorama aterrador
(diario Ocho Columnas, 13 de agosto de 2007)
El panorama que describen en estos días en ciertos medios de comunicación, algunos sexólogos, psicólogos y muchos de los denominados expertos en sexo y sexualidad, es realmente catastrófico; si aceptamos sus gráficas e ideas, tendríamos que concluir que ha desaparecido la castidad, la virginidad, el celibato virtuoso en nuestros jóvenes y los padres de familia tendríamos que considerarnos fracasados en la obra principal de nuestra paternidad que es la educación, la superación y la perfección de nuestros hijos.
Pero para nosotros ese espectáculo desolador es inventado y si han victimado a muchos jóvenes, desde el nivel de secundaria, no son la mayoría y sí, en cambio, existen jóvenes, hombres y mujeres, que se enfrentan a la malicia mundana que cuenta con poderes pseudo científicos y financieros para presionar mediante los medios de comunicación, con valentía que los hace caminar con la frente en alto; jóvenes que su actividad sexual queda bajo el principio bellamente expuesto de ser “puros hasta el altar y fieles hasta la muerte”.
Estos jóvenes son verdaderos héroes y hasta mártires incruentos y es a ellos a quienes nos dirigimos. Ellos son héroes, jóvenes de 18, 20 o más años de edad, que aun en medio de los pestilentes bacilos que pueden atacar sus espíritus, han sabido guardar la pureza. Las jóvenes doncellas, que aun en medio de los pantanos de la lujuria del mundo moderno que está podrido hasta el fondo, han sabido conservarse como lirios blancos y perfumados.
Son héroes ustedes, los jóvenes universitarios, estudiantes de secundaria y preparatoria, que a pesar del mal ejemplo de algunos de sus compañeros y de las heces sociales, han sabido ser, contra viento y marea, los triunfadores por medio de la pureza.
Son heroínas también las secretarias, empleadas en oficinas y despachos, que no obstante escuchar de algunas compañeras, de sus jefes bromas de doble sentido y hasta proposiciones indecorosas, y con todo, han estado dispuestas a sufrir mofas, quizás hasta la pérdida del empleo, antes de ceder en un solo punto que les daría aumento de sueldo, un nombramiento, una subida en el escalafón, pero han optado valientemente por la pureza y la virtud de la castidad.
Muchachos, muchachas, son héroes, son heroínas: ¡Dios los bendiga!
(diario Ocho Columnas, 13 de agosto de 2007)
El panorama que describen en estos días en ciertos medios de comunicación, algunos sexólogos, psicólogos y muchos de los denominados expertos en sexo y sexualidad, es realmente catastrófico; si aceptamos sus gráficas e ideas, tendríamos que concluir que ha desaparecido la castidad, la virginidad, el celibato virtuoso en nuestros jóvenes y los padres de familia tendríamos que considerarnos fracasados en la obra principal de nuestra paternidad que es la educación, la superación y la perfección de nuestros hijos.
Pero para nosotros ese espectáculo desolador es inventado y si han victimado a muchos jóvenes, desde el nivel de secundaria, no son la mayoría y sí, en cambio, existen jóvenes, hombres y mujeres, que se enfrentan a la malicia mundana que cuenta con poderes pseudo científicos y financieros para presionar mediante los medios de comunicación, con valentía que los hace caminar con la frente en alto; jóvenes que su actividad sexual queda bajo el principio bellamente expuesto de ser “puros hasta el altar y fieles hasta la muerte”.
Estos jóvenes son verdaderos héroes y hasta mártires incruentos y es a ellos a quienes nos dirigimos. Ellos son héroes, jóvenes de 18, 20 o más años de edad, que aun en medio de los pestilentes bacilos que pueden atacar sus espíritus, han sabido guardar la pureza. Las jóvenes doncellas, que aun en medio de los pantanos de la lujuria del mundo moderno que está podrido hasta el fondo, han sabido conservarse como lirios blancos y perfumados.
Son héroes ustedes, los jóvenes universitarios, estudiantes de secundaria y preparatoria, que a pesar del mal ejemplo de algunos de sus compañeros y de las heces sociales, han sabido ser, contra viento y marea, los triunfadores por medio de la pureza.
Son heroínas también las secretarias, empleadas en oficinas y despachos, que no obstante escuchar de algunas compañeras, de sus jefes bromas de doble sentido y hasta proposiciones indecorosas, y con todo, han estado dispuestas a sufrir mofas, quizás hasta la pérdida del empleo, antes de ceder en un solo punto que les daría aumento de sueldo, un nombramiento, una subida en el escalafón, pero han optado valientemente por la pureza y la virtud de la castidad.
Muchachos, muchachas, son héroes, son heroínas: ¡Dios los bendiga!
Fotos de Don Sixto Enrique de Borbón en Guadalajara, Méjico, en las páginas para suscriptores de FARO y en http://es.pg.photos.yahoo.com
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Agencia FARO
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