miércoles, agosto 15, 2007

33_opinion en España..._ La memoria no puede ....

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OPINION EN ESPAÑA SOBRE C. KIRCHNER EN SU

VIAJE 02-08- 07


“NUNCA TE PROMETÍ UN JARDÍN DE ROSAS”. CRISTINA EN ESPAÑA, PERSONA NON GRATA

Por Carlos Machado

En nuestra nota publicada en las últimas horas bajo el título "Los idus de octubre-Exodo de ministros antes de tiempo", hacíamos referencia en su conclusión al malestar de la candidata presidencial oficialista, Cristina Fernández de Kirchner, por la escasa repercusión que su visita a España tuvo en los medios de prensa ibéricos, que sólo se remitieron a la fría noticia de su gira, perdida entre otras informaciones, sin que hubiera algún editorial o análisis firmado por algún columnista de prestigio, y a la profunda decepción de la consorte presidencial por no haber logrado "su" gran fotografía junto a los reyes Juan Carlos y Sofía.

En rigor de verdad, allá está dispuesta la prohibición de tomar fotografías en la residencia veraniega de los monarcas, para evitar cualquier trabajo de inteligencia del terrorismo sobre la misma que pudieran destinar luego a un atentado. Aunque si hubiera sido por ella, Cristina hubiera deseado tener esa foto tomada aunque sea en la cocina.

Ese malestar al que aludíamos se hizo extensivo al presidente Kirchner y al entorno de obsecuentes del matrimonio, que esperaban un gran despliegue de la estadía española de la heredera del trono argentino, como punto de partida para afirmar su campaña para la presidencia. Despliegue que nunca podrá alcanzar, pese a sus esfuerzos, la modesta agencia oficial Télam.

Sin embargo, han comenzado a conocerse algunas repercusiones de esa visita. Eso sí, las mismas no aplacarán el malestar del kirchnerismo sino que, de acuerdo a los conceptos publicados, habrán de exacerbarlo.

Tal es lo que sucede con el sitio ibérico "Hispanidad", cuyo comentario, que no tiene desperdicio, transcribimos a continuación en su totalidad:

"La frivolidad de Cristina Fernández de Kirchner asombra al 'Todo Madrid'"Un empresario presente en uno de sus actos públicos la califica como 'vedette populista'. La primera dama argentina confunde British Telecom con O2. Asegura que la economía argentina marcha bien y que los empresarios pueden invertir sin miedo. Se reúne con el presidente de la CEOE, propietario de Marsans, en vísperas de la Junta de accionistas de Aerolíneas Argentinas.

"El matrimonio Kirchner-Fernández es lo que los argentinos llaman: 'Armémonos y vayan', es decir, aquellos guerrilleros marxistas que, durante los años setenta del pasado siglo, llamaban a las armas pero que luego veían la revolución desde la grada: nos armábamos todos 'nosotros', pero eran 'ellos' los que iban a matar y a morir. También eran conocidos como 'los hinchas', porque aplaudían a los terroristas pero sin mojarse más que 'ideológicamente'.

"Y esa frivolidad entre teoría y práctica no parece haber desaparecido. Políticos y, sobre todo, empresarios españoles, se han visto no muy gratamente sorprendidos por la actitud de la presidenciable primera dama, senadora Cristina Fernández de Kirchner. Como afirmaba un ejecutivo español presente en los dos actos económicos de la esposa del presidente argentino, estamos ante una 'vedette populista' y los empresarios con los que ha contactado Hispanidad repiten, casi unánimes, el mismo adjetivo: 'Frívola'. Una frivolidad que se deja ver en los siguientes puntos:

"1. Confunde doña Cristina el superávit fiscal o el acuerdo con el FMI sobre refinanciación de la deuda con una economía saneada. Lo cierto es que Argentina crece por encima del 7% pero con una inflación del 12%, más otra inflación oculta muy propia de los populismos. Por poner un ejemplo, un hogar de familia numerosa, 13 personas, puede pagar en Buenos Aires poco más de 20 euros de luz al mes, precisamente en una capital donde el suministro eléctrico es clave para muchos usos domésticos.

"Lo mismo pasa con el agua, el gas o cualquier otro servicio básico.

Ahora bien, esos precios, artificialmente bajos, han provocado la desconfianza por parte de las empresas que los prestan, que no pueden actualizar las tarifas, además de algo más grave: la calidad de esos servicios básicos es simplemente desastrosa, porque las empresas no invierten ni en mantenimiento ni en mejoras.

"2. El conocimiento del mundo empresarial de la presidenciable argentina es lamentable. Por ejemplo, el pasado martes aludió a 'los empresarios españoles que habían comprado British Telecom'. La verdad es que, como todo el mundo sabe, menos la aspirante a la Casa Rosada, Telefónica ha comprado O2, no la British.

"3. Al tiempo que anima a la inversión en la Argentina, Cristina Fernández omite toda alusión a la inseguridad jurídica -lo que más preocupa a las empresas- y a la corrupción judicial, que los Kirchner no han hecho más que aumentar, con nombramientos de elementos peligrosos en el Ministerio de Justicia y en la Corte Suprema. Ni una palabra sobre el cerco oficial a las empresas españolas presentes en el país.

"4. Asimismo, omitió cualquier alusión a la inseguridad ciudadana, que durante el período Kirchner se ha multiplicado, o a la corrupción, o al desánimo policial.

"5. Otro sí: Sin inmutarse, Cristina Fernández afirma que se han refrendado los derechos y libertades individuales, y en concreto la libertad de prensa, cuando lo cierto es que nunca, ni con De la Rúa, ni con Menem, ni con Alfonsín, se había dado tamaño control de los medios informativos por parte del Gobierno. En la Argentina de hoy, con alguna excepción heroica, no se puede hablar de prensa libre. gracias al matrimonio Kirchner.

"6. Con la censura de cualquier pregunta incómoda, y con la cerrazón informativa que ha decretado la patronal CEOE, nadie ha podido preguntar a Cristina Fernández acerca de la fuga de capitales en la Argentina, práctica habitual en el país, y de la que hizo gala el propio matrimonio Kirchner durante sus épocas de gobernador en el sureño Santa Cruz.

"7. Con entusiasta. frivolidad, Cristina Fernández tampoco dio respuesta al apoyo que la Casa Rosada presta al populismo de Hugo Chávez. Habla de las 'brumas kirchnerianas ya desaparecidas' del horizonte. Y se queda tan ancha.

"8. La última muestra de frivolidad de doña Cristina de Kirchner, consiste en defender siempre su posición contraria al aborto, cuando su esposo y su partido han hecho todo lo posible para introducir el aborto en la Argentina por la puerta de atrás.

"Este último punto importa poco a los empresarios, pero, en cualquier caso, la estela de frivolidad de esta 'vedette populista' ha dejado huella en España. Y eso que todavía no es presidenta.
"Por cierto, la patronal española CEOE, realizó un cerrojo informativo sobre la señora Fernández y su presencia en la sede de la patronal, donde fue recibida por su máximo responsable, Gerardo Díaz Ferrán, propietario de Marsans, imputado por delito fiscal, malversación de fondos públicos y falsedad documental en el caso Aerolíneas Argentinas (ARSA). Y es que en CEOE temían cualquier pregunta indiscreta sobre ARSA, en vísperas de la Junta de accionistas de la aerolínea en Buenos Aires, ahora que el Gobierno Kirchner debe decidir si mantiene la impugnación de las cuentas de ARSA.

"Pues nada, todo sonrisas entre la senadora y Díaz Ferrán, cuando en su país se publican noticias como ésta, o como ésta. Todo por el pueblo.

"Y para quien desee saber cómo se interpreta en la Argentina el viaje de doña Cristina ahí tienen otra muestra, publicada en www.americanoticias.com, una crónica que nos lleva, una vez más, al triste concepto de frivolidad. Eso sí, frivolidad populista.

"Lo dicho, la reina de la frivolidad pasó por Madrid".


LA MEMORIA NO PUEDE SER PARCIAL


Frente a la decisión política, refrendada por la Corte Suprema de Justicia, de reabrir las causas judiciales vinculadas con el terrorismo de Estado, y a nuestra incapacidad para transitar un camino hacia la reconciliación nacional sin olvidar todo lo ocurrido en los años 70, corresponde que el análisis de nuestro pasado trágico sea hecho de manera integral.

Con el voto de cuatro de sus siete miembros, el máximo tribunal de la Nación dispuso el viernes último la nulidad del indulto concedido por el presidente Carlos Menem a un ex integrante del Ejército, Santiago Riveros, acusado de violaciones de los derechos humanos. Tal sentencia abrió la puerta a la anulación de otros indultos con los cuales fueron beneficiados numerosos militares a quienes se acusa de graves delitos cometidos durante el último régimen de facto.

Dos jueces de la Corte, Carlos Fayt y Carmen Argibay, votaron en disidencia. Ambos consideraron que la propia Corte, en 1990, se había pronunciado en favor de la legalidad del indulto que había favorecido al ex general Riveros, por lo cual no podía reabrirse este caso, en tanto la cosa juzgada es una garantía constitucional de derechos individuales. Fayt, además, sostuvo que no es posible aplicar retroactivamente la Convención sobre Imprescriptibilidad de Delitos de Lesa Humanidad, aprobada por la Argentina en 1995, para delitos ocurridos mucho tiempo antes.

Distintos especialistas del derecho, a semejanza de Fayt, han sostenido que, más allá de la gran controversia que merecieron los perdones presidenciales dictados en 1989, los derechos adquiridos de los cuales gozan sus beneficiarios no pueden desconocerse aplicando en forma retroactiva las leyes penales ni invocando tratados internacionales de derechos humanos firmados por el país con posterioridad a los delitos en cuestión.

La Constitución nacional no permite que sea aplicada una ley penal posterior al delito para incriminar hechos anteriores a su sanción, al tiempo que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho punible.

Si parece injusto que se aplique la ley penal de manera retroactiva, mucho más injusto resulta que se aplique sólo contra algunos, en virtud de criterios ideológicos o de conveniencia política.
Ante la doctrina que ha prevalecido en la Corte y frente a la virtual imposibilidad de cerrar las heridas que han dejado los enfrentamientos del pasado, deberíamos esforzarnos por condenar todos los crímenes de lesa humanidad, sin dejar que nuestra visión sea nublada por la ideología.

El más alto tribunal de la Nación ha sostenido que para que un crimen pueda ser considerado como delito de lesa humanidad y, en consecuencia, resulte imprescriptible, tendría que haber existido alguna intervención del Estado.

Este criterio restrictivo choca con lo que dispone el Tratado de Roma para la Corte Penal Internacional, que ha establecido que se entenderá como crimen de lesa humanidad cualquiera de una serie de actos cometidos "como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque". Entre tales actos, se menciona la "persecución de un grupo o colectividad, con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos", de conformidad con "la política de un Estado o de una organización de cometer esos actos o para promover una política". Es de particular importancia que se habla tanto de un Estado como de una "organización", de lo cual se desprende que para el tribunal internacional es perfectamente factible que organizaciones terroristas sin apoyo estatal puedan cometer delitos de lesa humanidad.

Al margen de la lamentable discriminación que viene haciendo la Corte, es destacable que, en las últimas semanas, se han conocido al menos dos denuncias presentadas por hijos de militares brutalmente asesinados por organizaciones guerrilleras entre 1974 y 1976, quienes plantean a los tribunales la necesidad de que se juzgue a los responsables de esos crímenes por tratarse de delitos de lesa humanidad.

Ambas demandas adquieren particular fuerza dado que ponen énfasis en el apoyo estatal que esos grupos guerrilleros recibieron, especialmente durante el gobierno de Héctor Campora, en el que algunos dirigentes montoneros que sembraron la violencia y que fueron indultados por el presidente Carlos Menem ocuparon cargos públicos, además de la ayuda brindada por gobiernos extranjeros.

Por más de una razón, correspondería que la Justicia considere que el derecho a la vida no es sólo para algunos.

Desde esta columna editorial, hemos sostenido en reiteradas ocasiones, frente a la violencia de los años 70, la necesidad de encaminarnos hacia una reconciliación nacional, que por ahora no parece fácil. Pero si se fragmenta caprichosamente la realidad, si la memoria y las lecciones del pasado no son asumidas de manera integral, sino como una forma de obtener venganza y prolongar los conflictos, sólo lograremos retroalimentar odios y aquella ansiada reconciliación estará cada vez más lejos.

La Nación - 17-07-07 Editorial