Un nuevo capítulo argentino de hipocresía ideológica a gran escala se avecina con la apertura a juicio del ex capellán Christian von Wernich. Las más convincentes alegaciones contra el sacerdote y su presunta foja de colaboración en crímenes cometidos desde el Estado provienen de quienes, durante treinta años, no han sido capaces de alegación alguna contra crímenes perpetrados en perjuicio de ese mismo Estado. De ese mismo Estado que se defendió mal, pero que se defendió...
Aun cuando fuese probada cada una de las imputaciones y quedara en claro que merece von Wernich la cárcel, no habrán demostrado sus acusadores ser más justos ni menos siniestros que sus enemigos de entonces, sino más certeros, más astutos, más inexorables y, sobre todo, mejor financiados.
