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Peor El gobierno congeló, en su momento, las tarifas energéticas; ahora nos toca congelarnos a nosotros. Pero, a menos que ocurra un milagro, ese mismo gobierno dirá a la gente que unos cuantos capitalistas han dejado sin amparo térmico a decenas de miles de argentinos. Tendrá, eso sí, que inventar una tesis más abarcativa para explicarnos por qué, si el diagnóstico es tan simple, no tomó con el invierno en ciernes ninguna medida eficaz que evitara el desastre. Las que tomó, lo apresuraron; casi lo provocaron. Con el precio del gas congelado en 15 centavos por metro cúbico, en los últimos cuatro años no hubo particulares interesados en invertir en la Argentina. Así, el miércoles pasado --en algunas zonas el día más frío en 40 años-- faltó gas en todo el país. El gobierno recurrió a cortárselo a Chile y comprarle excedentes de Salto Grande, al Uruguay, además de implementar los habituales "cortes rotativos", ante todo en el conurbano porteño. Se han creado fideicomisos para ampliar los gasoductos ya existentes con la consecuencia, también habitual, de descubrirse coimas (Skanska), y se construyen dos centrales eléctricas de ciclo combinado, aunque sólo estarán terminadas en 2010. Sólo mentes toscas, embotadas por el humo ideológico, podían suponer (¿o fingir que suponían?) que con tarifas congeladas no habría desinversión. Así que alegrémonos de estar mal, pues estaremos peor. |
La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1