A 197 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO ¿SOBERANOS O DEPENDIENTES?
El presidente habló en Mendoza este 25 de mayo. Y como en cada fecha patria, aprovechó para alardear por los supuestos logros de su gestión, que cumplía exactamente cuatro años. Remarcó sobre todo la autodeterminación alcanzada por el país especialmente en materia económica, y el fin de la tutela del FMI sobre nuestras finanzas. Pero la realidad nos indica otra cosa muy distinta. Así, en el periódico Patria Argentina de mayo –donde nos enteramos de cuestiones que en otros medios son ocultadas– se nos informa que la deuda externa asciende a 200.000 millones de dólares, aproximadamente, y que el FMI sigue auditando las cuentas argentinas.
En otro tramo de su discurso, el extorsionador de los jueces que no se someten a sus designios hizo un llamamiento a dejar de lado los intereses sectoriales y a encolumnarse detrás de la celeste y blanca, y agradeció, como siempre, el acompañamiento de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a las que en otras ocasiones se pudo ver flanqueándolo con el puño izquierdo en alto, en inconfundible adhesión al ideario marxista que profesan. Entonces uno se pregunta: ¿es acaso la ideología marxista compatible con nuestras tradiciones y con la celeste y blanca? ¿Se olvida el presidente que los “desaparecidos” que se encargó de reivindicar una vez más, pretendieron, con apoyo externo, reemplazar a sangre y fuego a la celeste y blanca por el trapo rojo? Mal se puede convocar a la unión por un lado, y por el otro seguir revolviendo los enfrentamientos del pasado. Aunque en definitiva, esto es lógico en un gobierno cuyos personajes más encumbrados fueron miembros de organizaciones subversivas, como el canciller Taiana y el diputado Kunkel, por citar solo dos. Esto es entendible cuando el principal asesor del presidente en materia de “derechos humanos” es ese oscuro personaje llamado Horacio Verbitsky, ayer integrante del aparato de inteligencia de Montoneros –que supuestamente luchaba para instaurar la “patria socialista”–, y hoy presidente del CELS, financiado por la supracapitalista Fundación Ford.
Apologista de la violencia de los ’70, no sorprende entonces que haya hecho, una vez más, la apología de Moreno –primer terrorista de nuestra historia–, mezclándolo nada menos que con San Martín y Belgrano. Olvidó a Saavedra, el padre de la patria Argentina, como tituló Guillermo Furlong su estudio reivindicatorio del hombre que –como leemos en La Argentina Nació Católica, del padre Cayetano Bruno SDB– “…con el peso de su autoridad y de su indiscutible prestigio, hizo posible la obra de Mayo, y bregó cuanto pudo por mantenerla después en su prístina pureza contra los primeros amagos de la heterodoxia política y doctrinal”. Heterodoxia encabezada, entre otros, por el nefasto Mariano Moreno, defensor de los intereses británicos, cuyo terrorismo, inspirado en los revolucionarios de 1789, queda patente en su tristemente célebre Plan de Operaciones.
Que el presidente, a pesar de sus bravuconadas, obedece los dictados de los dueños del dinero, es bien sabido. En los años de la “dictadura”, “exiliado” en el Sur del país, fue un beneficiario de la política de Martínez de Hoz, que le permitió amasar considerable fortuna en pocos años. En los ’90 fue un sumiso acompañante del neoliberalismo que hoy dice combatir, encarnado entonces en el dúo Menem-Cavallo, siendo decisivo su aporte en la privatización de YPF. En septiembre de 2006, junto a su esposa, aparecía muy suelto de cuerpo tocando la campanita para iniciar el oficio matinal en Wall Street, corazón del supracapitalismo y del poder mundial del dinero que manejó a los milicos liberales en los ’70 y que hoy hace lo propio con los “progres”. Otra prueba del sometimiento a los que pretenden el dominio del mundo, fue la visita de comienzos de mayo de la senadora Cristina Fernández de Kirchner a Washington, donde habló ante el Comité Judío Americano (AJC). La agencia NA, en un artículo aparecido en uno de los periódicos de nuestra ciudad, titulaba: “En Washington, Cristina reafirmó su compromiso con la comunidad judía internacional”. Allí, mezcla de ignorancia y alcahuetería, tuvo el descaro de comparar los 30.000 con los 6.000.000, cifras que en ambos casos, sabemos bien, han sido cuidadosamente exageradas por la historia oficial y sus lacayos.
A tres años del bicentenario de la Revolución de Mayo, y en base a la breve exposición realizada, creo que queda respondida la pregunta del título. Podríamos decir que hoy vemos triunfante a la línea morenista, encarnada en los personajes que usurpan el gobierno de la Patria. La solución humana creo que no existe, va a ser necesario que de arriba nos den una mano grande. Como decía el Padre Castellani, “En fin, nuestro grande y hermoso país está en decadencia política, educacional y moral en forma que no vemos el remedio. Es un proceso que viene de muy atrás y seguirá adelante si Dios no lo remedia, pues solo Él puede remediarlo, quien sabe como”.
Prof. Lorenzo Guidobono