|
Curadores Nadie con una pizca de sensibilidad histórica puede culpar a Cristina Kirchner de haberse emocionado en Cuernavaca durante su comedida visita a la casa que fuera, para León Trotski, refugio, gabinete y usina de planes revolucionarios. Que estos planes incluyeran la subversión política de Estados ajenos y los crímenes necesarios para plasmarla no disminuye su atractivo, de igual modo que los crímenes cuyas loas cantó en el pasado el ex montonero y buenpoeta Juan Gelman no disminuirán en el futuro, cuando Gelman esté muerto, el interés de una visita turística a sus lares de arrobo. Dado que nuestra primera dama también se emociona cuando habla de Gelman, pareciera su alma estar gobernada por un exquisito tacto para apreciar los grandes huracanes de la historia. Los curadores de otras casas históricas y huracanadas de América y Europa ya pueden ir, entonces, preparando las llaves de honor para ella. Aunque no sería extraño que en la casa de un Mussolini o de un Franco, en lugar de emocionarse prefiera indignarse. |
La Caridad sin Verdad sería ciega, La Verdad sin Caridad sería como , “un címbalo que tintinea.” San Pablo 1 Cor.13.1