RANIERO CANTALAMESSA.
Cont. Cap. VI.- 1. ¿ por qué amar a Jesucrito ?-
El primer motivo para amar a Jesucristo, el más simple, es que Él mismo nos pide. En la última aparición del Resucitado recordada en el Evangelio de Juan, en determinado momento, Jesús se dirige a Simón Pedro y le pregunta por tres veces seguidas : “ Simón de Juan, ¿ me amas ?( Jn 21,16 ). Dos veces en las palabras de Jesús, se encuentra este verbo agapao que significa la forma más alta del amor, la del ágaper, o de la caridad, y una vez el verbo phileo , que significa el amor de amistad, el querer a alguien. “ Al final de la vida – se ha dicho- se nos preguntará sobre el amor.-San Juan de la Cruz. Sentencias, nº 57.- y así vemos que sucedió también para los Apóstoles : al final de su vida con Jesús, al final del Evangelio, fueron interrogados sobre el amor. No sobre otra cosa.
Como todas las grandes palabras de Cristo en el Evangelio, también está “ ¿ me amas ?”, no se dirige sólo al que la escuchó por primera vez, en ese caso Pedro, sino a todos los que leen el Evangelio: De otro modo, el Evangelio no sería el libro que es, el libro que contiene palabras que “ no pasaran “ (Mt.24,35 ) ¿ Cómo es posible, por otra parte, para uno que conoce quién es Jesucristo, escuchar esta pregunta de sus labios y no sentirse personalmente interpelado, no percibir que esa pregunta está dirigida precisamente a él ?.
Esta pregunta nos coloca de golpe en una posición única, nos aísla de todos, nos individualiza, nos hace personas. A la pregunta “ ¿ Me amas ?” no se puede responder por interpósita persona o por interpósita institución . No basta formar parte de un cuerpo, la Iglesia, que ama a Jesús. Notamos esto en el mismo relato evangélico , sin querer con esto forzar el texto. Hasta ese momento, la escena se presenta con mucho movimiento : junto a Simón Pedro estaban Tomás, Natanael, los dos hijos de Zebedeo y el Señor. Pero ahora de improviso, a esta pregunta de Jesús, todo y todos es como si se hundiera en la nada, desaparecen de la escena evangélica. Se crea un espacio íntimo en el que se encuentra a solas. Uno frente al otro, Jesús y Pedro. El apóstol esta individualizado y aislado entre todos los demás por esta pregunta inesperada : “ ¿ Me amas ?” . Una pregunta a la que ningún otro puede responder- como ha hecho muchas otras veces – en nombre de los demás sino que debe contestar sólo por sí mismo. Y en efecto, vemos cómo Pedro es obligado, por las presión de las tres preguntas, a replegarse sobre si mismo, pasando de las dos primeras dos repuestas, inmediatas pero superficiales, a la última, en que se ve aflorar en él todo su pasado y también una gran humildad : “ Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero “ ( Jn. 21,17 )
Por lo tanto, debemos amar a Jesús porque Él nos amó primero. Era esto lo que inflamaba más que cualquier otra cosa al apóstol Pablo : “ Me ha amado – decía – y se entregó a sí mismo por mí “ ( Ga 2,20). “El amor de Cristo –decía todavía - nos apremia a pensar que uno murió por todos “ “ ( 2 Co 5,14 ). El hecho de que Jesús nos haya amado primero y hasta el extremo de dar la vida por nosotros no apremia o- como también se puede decir - nos obliga por todos lados, nos urge. Se trata de esa conocida ley por la cual el amor a nullo amato amar perdona,- Dante Alighieri,Infierno V, 103 -
O sea, no permite a quien es amado que a su vez no ame. “ ¿ Cómo no amar a a quien nos hay amado tanto ? ” canta un himno de la Iglesia- Adeste fideles , “ Sic nos amatem qui non redamaret ?“. El amor no se paga más que con amor. Ningún otro precio es adecuado.
Se debe amar a Jesús sobre todo porque Él mismo es digno de amor, es amable en sí mismo. Él condensa en sí toda la belleza, toda perfección , toda santidad. Nuestro corazón necesita algo majestuoso para amar ; por tanto, nada puede satisfacerlo fuera de Él. Si el Padre celestial encuentra en él “ toda complacencia “, como está escrito, si el hijo es el objeto de todo su amor ( cf. Mt 3, 17 ; 17,5 ) ¿ cómo no lo será del nuestro ?. Si Él llena y satisface plenamente toda capacidad infinita de amar de Dios Padre, ¿ no colmará la nuestra ?.
Se debe amar a Jesús porque sólo quien lo ama lo conoce : “ Al que me ama –ha dicho - será amado por mi Padre “, y “ El Padre mismo os ama porque me habéis amado “ ) Jn 14,21.23 ;16,27 ).
Se debe amar a Jesús porque sólo quien lo ama lo conoce : “ Al que me ama- ha dicho- me manifestaré a él “ ( jn 14,21 ). Si es verdad el dicho de que “ no se puede amar lo que no se conoce “ ( nihil volitum quin praecognitum ), es verdad, especialmente cuando se trata de las cosas divinas, también lo contrario, es decir , que no se conoce, sino lo que se ama. San Agustín expresa esto diciendo que “ no se entra en la verdad sino por la caridad “. San Agustín, C Faust., 32, 18 (pl 42, 507 )-
Esta intuición ha sido recogida y valorada también en algunas corrientes del pensamiento moderno, como la fenomenología y el existencialismo.-Cf. Heidegger, M., Ser y tiempo, I,5,29 ( ed.cit.p.526,n.5). Pero cuando se trat5a de Cristo, se valora sobre todo por la experiencia constante de los santos y de cada creyente. Sin un verdadero amor, inspirado en el Espíritu Santo, el Jesús que llega a conocer con los más brillantes y agudos análisis cristológicos, no es el verdadero Jesús, sino otra cosa. El verdadero Jesús no lo revelan la carne y la sangre es decir la inteligencia y la investigación humanas, sino que lo revela “ el Padre que está en los cielos “ ( cf. Mt. 16,17 ) y el Padre no lo revela a los curiosos, sino a los amantes, no a los sabios y a los inteligentes, sino a los pequeños. (cf. Mt. 25,11 )
Se debe, para terminar, amar a Jesús porque sólo amándolo es posible observar su Palabra y poner en práctica sus mandamientos. “ Si me amáis –Él mismo lo dijo – guardaréis mis mandamientos “ y : “ El que no me ama, no guarda mis Palabras “ Jn 14,15,24 ) Esto significa que no se puede ser verdaderamente cristiano , es decir , seguir concretamente las normas y las exigencias radicales del Evangelio, sin un verdadero amor por Jesucristo. Si de todos modos, hipotéticamente , uno lograra hacerlo , sería igualmente inútil ; sin el amor, no le serviría de nada. Si uno diese incluso su cuerpo para ser quemado y no tuviese caridad, no le serviría de nada ( cf. Co 13,3 ). Sin el amor, falta la fuerza de obrar y obedecer. Por el contrario, el que ama vuela ; nada le parece imposible o demasiado difícil.
( Continuaremos ¿ “ 2.¿ Qué significa amar a Jesucristo ?. “.El Director .)