lunes, abril 16, 2007

Agravio

Agravio

Hace pocos días, antes de zarpar la Fragata "Libertad" luego de haber permanecido anclada, en reparaciones, durante dos años, el jefe de Estado Mayor de la Armada, Jorge Godoy, invitó a un cocktail al que concurrió buena parte de los almirantes en actividad y algunos retirados.
Luego de agradecer y saludar a la tripulación por el esfuerzo realizado, el titular de la Marina no tuvo mejor idea que hacer extensivo el agradecimiento al capitán Urien --reincorporado por orden del presidente Néstor Kirchner-- que en 1973, como guardiamarina, intentó sublevar la Escuela de Mecánica. En ese conato revolucionario fue ultimado por la espalda un heroico cabo que reaccionó con valentía ante la traición perpetrada por la célula montonera enquistada en la Armada.
Que el paso dado por Godoy está reñido, una vez más, con el honor, no es algo que sorprenda a esta altura de su carrera naval. Pero que no haya habido un solo oficial superior capaz de reaccionar ante el agravio hecho a los marinos muertos en la lucha contra la subversión, de la cual Urien formaba parte, demuestra el grado de deterioro de la Armada.