sábado, marzo 31, 2007

Religiosa Francesa Agradece a Juan Pablo II

Una religiosa francesa agradece a Juan Pablo II haberse curado de párkinson

La hermana Marie, el milagro de Juan Pablo II
«Yo lo único que puedo decir es que antes estaba enferma de párkinson y ahora estoy curada», manifestó ayer la hermana Marie Simon Pierre durante una conferencia de prensa sobre la curación extraordinaria incorporada como posible milagro al proceso de beatificación de Juan Pablo II que llegará al Vaticano el próximo lunes.
La religiosa de 46 años, cuya identidad fue revelada hace unos días por el diario «Le Figaro», accedió a comparecer ante los periodistas «porque Juan Pablo II nunca rehuyó las cámaras, y esto me ha dado la fuerza».
Historial clínico
El historial clínico ha sido recogido en todos sus detalles y examinado por tres neurólogos -dos de ellos profesores universitarios- que coinciden en considerar el caso científicamente inexplicable. La documentación incluye un análisis caligráfico de la escritura de la religiosa en las sucesivas fases de su enfermedad.
Como enferma de párkinson desde el 2001, la religiosa sufría problemas de temblores, inestabilidad y rigidez similares a los de Juan Pablo II. Aunque su estado no era tan grave como el del Papa, no pudo verle en sus últimas comparecencias televisivas y, según dijo ayer, «cuando murió, tuve la impresión de perder un amigo, alguien que me daba fuerza para seguir adelante».
Por aquellas fechas, la religiosa de las Hermanitas de las Maternidades Católicas estaba destinada en una clínica de 40 camas cerca de Aix-en-Provence, pero apenas podía trabajar ayudando a las madres o a los recién nacidos debido a los temblores de las manos y la dificultad para caminar.
El uno de junio, la superiora la animó a no rendirse, y a pedir a Juan Pablo II que le consiguiese de Dios la curación milagrosa por la que rezaban también las otras monjas de la comunidad.
En el relato escrito a petición del obispo de Aix-en-Provence, donde ayer compareció ante la Prensa, la hermana Marie-Simon-Pierre explicó que el 2 de junio del 2005 la superiora le dio un bolígrafo «y me pidió que escribiese «Juan Pablo II» sobre un papel. Eran las cinco de la tarde. Escribí con dificultad y la escritura resultaba ilegible. Continué un rato en silencio y la jornada concluyó como de costumbre».
Aquel día se cumplían dos meses del fallecimiento de Karol Wojtyla, y casi a la misma hora la religiosa notó algo especial: «a eso de las nueve de la noche sentí la necesidad de escribir, como si alguien me dijese «toma un bolígrafo y escribe»». El resultado era asombrosamente bueno, pero el caso no terminaba ahí pues, según la religiosa, «me desperté a las 4.30 de la mañana, sorprendida de haber conseguido dormir. Salté enseguida de la cama porque mi cuerpo ya no estaba dolorido ni rígido. No era la misma persona. Mi mano no temblaba, podía escribir y deje de tomar las medicinas».
«Ya no temblaba»
Ayer manifestó que «enseguida mostré a una de mis hermanas mi mano izquierda. Ya no temblaba. Juan Pablo II me había curado. Desde entonces no sigo ningún tratamiento. Mi vida cambió totalmente. Fue como nacer de nuevo».
Cinco días más tarde, la religiosa acudió a la consulta del neurólogo, quien se quedó estupefacto al verla entrar caminando normalmente. El médico «me preguntó, «hermana, ¿Qué ha hecho usted para ponerse así? ¿Ha duplicado la dosis de dopamina?». Y yo le dije «no, doctor, he dejado de tomarla»».
Aunque le costaba, la religiosa accedió a posar en el jardín para las cámaras pero -siguiendo la reserva de las religiosas- prefirió no revelar su nombre de pila ni identificar a sus parientes, limitándose a comentar que procedía de una familia católica del norte de Francia y que eran un total de cinco hermanos.
Ayer superó la prueba más difícil. El lunes acudirá en Roma a la ceremonia de entrega al Vaticano del voluminoso expediente para la beatificación.
REUTERS
La hermana Marie Simon Pierre después de su curación