Yo, Tsilli Goldenberg, ciudadano israelí,
      Acuso a ustedes –Ehud Olmert, primer ministro de
  Israel; Amir Peretz, ministro de Defensa; Dan
  Halutz, jefe del Estado Mayor del Ejército israelí–
  de cometer esta bestial y bárbara carnicería en el
  Líbano.
      Acuso a ustedes de cometer crímenes de lesa
  humanidad contra el pueblo palestino.
      Acuso a ustedes de abandonar a nuestros
  soldados, cuando sus vidas podrían ser salvadas
  mediante negociaciones, y los acuso de iniciar una
  guerra injustificada en su nombre.
      Haniya, primer ministro del pueblo palestino,
  estaba dispuesto a negociar con nosotros no sólo el
  retorno del soldado Gilead Shalit, sino también un
  cese el fuego prolongado que les hubiera dado
  seguridad a los pueblos de Israel y Palestina.
  Ustedes lo rechazaron.
      Nasrallah (el principal dirigente del Hezbollah)
  estaba dispuesto a negociar el retorno de los
  soldados apresados en el norte. Ustedes lo
  rechazaron.
      En lugar de eso, pusieron en peligro la vida de
  cientos de miles de israelíes. Ustedes han causado
  la muerte de 27 israelíes (hasta ahora), civiles y
  soldados.
      Ustedes han causado el asesinato en masa de más
  de 350 libaneses, muchos de los cuales son niños.
      Ustedes han convertido a 500 mil libaneses en
  refugiados y continúan asesinando y hambreando a los
  niños palestinos sólo porque están viviendo en su propia
  tierra.
      Los palestinos no son mis enemigos; tampoco lo
  son los libaneses. Ustedes se han convertido en mi
  enemigo. Y lucharé contra ustedes, como muchas otras
  personas sanas en todo el mundo.