Buenos Aires, 20 de julio de 2006
Si nos guiamos por las consecuencias que tuvo el acto realizado en la Plaza San Martín el pasado 24 de mayo, deberíamos concluir que, efectivamente, un cierto grado de resistencia pareciera insinuarse en el ámbito castrense ya que hoy, al menos los retirados de las FFAA. por fin han adoptado la actitud de honrar a los miembros del Ejército que durante la guerra contra la subversión murieron combatiendo o fueron vilmente torturados y asesinados.
De no haber adoptado el gobierno del presidente Kichner una política vengativa, arbitraria, mentirosa y vil para con las FF.AA., tal vez este reconocimiento nunca se hubiese dado. En efecto, para los militares a partir de 1983, el tema la guerra contra la subversión, ya sea porque se apuntaba a la reconciliación nacional o porque no convenía políticamente, siempre fue un tema “tabú” que era preferible no tocar. Salvo algunas breves efemérides publicadas en la orden del día de algunos cuarteles, el tema durante los gobiernos democráticos se trató de evitar y así quedaron de lado los recordatorios de todos aquellos oficiales, suboficiales y soldados que en la guerra cayeron cumpliendo con su deber en defensa de valores y principios.
Tuvo que ocurrir lo que hoy en día está ocurriendo para que se tomara conciencia de que los muertos a manos de la subversión no merecían el olvido y que era necesario rescatarlos para la memoria de todos los argentinos. Así hoy, las distintas promociones de oficiales se desvelan por recordar y homenajear a esos hombres como nunca lo hicieron a lo largo de treinta años.
Por todo lo expresado, gracias señor presidente, gracias Verbisky, gracias Bonasso, gracias Garré y gracias a todos los que como ustedes, cargados de odio y rencor le demostraron cuán equivocados estaban los miembros de las FF.AA. que no recordaban ni homenajeaban a quienes supieron dar su vida por mantener la Argentina tradicional. Gracias a ustedes los nombres de Cativa Tolosa, Berdina, Masaferro, Mundani, Asúa, Nacaratto, Duarte Hardoy, Larrabure, Viola, Igarzábal, Paiva, Espinazzi, Cáceres, Leonetti, Lucioni y tantos otros, han sido rescatados del olvido y hoy el pueblo argentino está conociendo sus historias... Gracias señor presidente.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete