¿Qué tiene que ver mi Causa con dejar de ayudar a la Fundación?
Apenas comenzado todo este cono de sombra que me toca transitar pensé en los chicos de la Fundación, en la gente que trabaja, en sus familias... Me angustiaba al hablar con los abogados oir que la causa podía "durar años". Sentía que mucha gente que colabora podía dejar de hacerlo porque les pudo haber entrado desconfianza y la gente que potencialmente podría colaborar a partir de ahora se haría muy dificil abordarlos con una Campaña de Prensa en contra, y de manera constante. Durante casi cuatro años pudimos sostener buena parte de las Obras, pero no la mayor parte de los empleados, al contrario: hubo que prescindir de muchos de ellos. Todo comenzó a costar cada vez más. El Estado nos pide cosas acordes a la lógica de los nuevos parámetros en el área de minoridad en una Provincia donde todavía la Nueva Ley del Niño y Adolescente no está vigente por haber sido frenada por la misma Procuración de Justicia. Es una Ley que trae muchas innovaciones pero "no hay presupuesto para implementarla". En tanto existimos los que estamos trabajando, con vocación, con seriedad, con fe y esperanza, con creatividad cada día y no se nos apoya económicamente por hacer cumplir una Ley que quien la exige no la cumple.
Más allá de esta consideración del Estado me pregunto: ¿Qué tiene que ver mi causa con dejar de ayudar a la Fundación? ¿Por qué se deja de llevar el pan a los niños, el cuaderno y el lápiz a las aulas de Felices los Niños, el sueldo a los sacrificados empleados que mayoritariamente están de pie al lado de los niños sin bajar los brazos?
¿Qué tiene que ver dar con figurar? En los buenos tiempos muchos daban y sonreían al dar... Ahora al dar, tal vez no estarán rodeados del aura de una bucólica película solidaria sino en medio del fuego cruzado de una cruel causa judicial y mediática. Debemos dar por el bien del otro y para sentirnos bien con nosotros mismos y con Dios. No debemos sentir miedo de hacer el bien. La Obra buena es siempre útil: si no hace bien al que la recibe, hace bien al que la realiza.
Los chicos cada día comen, se visten, juegan, los chicos están: no entiendo por qué ahora todo cuesta tanto.
Madre Teresa de Calcuta decía: "Hay que dar hasta que duela"... y en este caso podría agregar: "Hay que dar aunque no esté de moda", "Hay que dar, aún con vergüenza", "Hay que dar: porque a otro le duele no poder comer, no tener vestido digno, porque al prójimo le faltan fuerzas para seguir": esos son los héroes de la solidaridad!
Jesús decía: "Si ustedes aman o hacen el bien a sus amigos ¿qué mérito tienen?, también los malos hacen cosas buenas por sus amigos: Haz el bien a tu enemigo!"
Claro, nadie puede tener como enemigo a un niño o a una Obra pero lo que se está sintiendo en algunos sectores sociales es que se hace el bien a quien participa de tu ideología o de tu signo político... Se ve que se apoya a quien piensa y siente como vos, lo que hace que el espectro del bien se achique a una intencionalidad sectorial.
En tanto sigo preguntándome el por qué de manos cerradas y espaldas que se presentan rígidas a poner sus ojos misericordiosos en las manos del arado altruista de la Fundación Felices los Niños.
Pbro. Julio César Grassi
Fundador y Padre Espiritual
Fundación Felices los Niños
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