Se cumplieron 30 años de uno de los más bárbaros e ignominiosos crímenes en masa, cometidos por la Banda de Asesinos Terroristas autodenominados Montoneros. Pregunto ¿No es éste un hecho de Lesa Humanidad?.
El mismo se realizó en el edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal, sito en Moreno 1417, a 100 metros del Departamento Central de Policía.
Un joven “IDEALISTA”, que había sido dado de baja como agente (numerario de ese Organismo) que aún tenía inexplicablemente en su poder su CREDENCIAL, concurrió por dos o tres días al Comedor del Personal que funcionaba en la Planta Baja. Lo hizo portando una caja de zapatos vacía envuelta en papel. Como era conocido por haber revistado en la Dependencia, la Guardia no lo revisaba. ¡ERROR FATAL!, ya que este ASESINO TRAIDOR había sido captado por la lacra TERRORISTA. Su nombre JOSÉ MARÍA SALGADO y en sus sucias manos depositó el hoy célebre y recordado dramaturgo, escritor y periodista RODOLFO WALSH, por entonces Jefe de Prensa e Inteligencia de la banda, una caja similar que ahora contenía una carga explosiva de 9 kilos de TROTYL y 5 kilos de bolas de acero y metal fragmentado con un mecanismo de relojería denominada “BOMBA VIETNAMITA”, que solían utilizar éstos jóvenes “democráticos y románticos soñadores”.
Esta alimaña de SALGADO entró, almorzó y al retirarse dejó presumiblemente oculta bajo una mesa su mensaje de horror y destrucción, que siete minutos después terminaría con la vida de quizás muchos que pudieron haber sido sus compañeros por largo tiempo. El saldo de esta atrocidad fue de 24 muertos (20 en el acto), 66 heridos, de ellos una decena de mutilados, ciegos, con gravísimas quemaduras, pérdidas de miembros y el trauma de por vida de quien tuvo el privilegio de salvarla.
Quien esto escribe PERIODISTA, hoy honrosa y dignamente desocupado por haber vivido 10 años de horror y muerte y tener almacenados en la memoria todo lo sucedido provocado por
ese Terrorismo Apátrida, recordará hasta el último minuto de su vida que salió de ese comedor donde buscaba a un Oficial amigo, que Dios quiso no estuviera.
Ya estaba en la vereda, el efecto de la onda expansiva lo arrojó a la de enfrente, no perdió el conocimiento pero sí la noción de tiempo y espacio. Al recuperarse decidió entrar para colaborar. Jamás podrá borrar de sus retinas y de su alma lo dantesco del cuadro que tuvo ante sus ojos.
Una persona decapitada, una mujer en avanzado estado de embarazo con el vientre estallado y el que iba a ser su vástago, una masa sanguinolenta informe ¡INENARRABLE!
Tuvo los gritos y ayes de dolor en sus oídos y mente por casi dos años, con tratamiento psicológico y medicación para poder dormir.
Me pregunto: ¿esto también fue un acto de idealismo preconizado por las Madres, Abuelas y la Agrupación H.I.J.O.S.?
Para la Justicia y los Legisladores generosamente pagados por el Pueblo, esta bestialidad YA PRESCRIBIÓ, porque para ellos no es CRIMEN DE LESA HUMANIDAD, pero si lo es el TERRORISMO DE ESTADO, por lo tanto, éste es IMPRESCRIPTIBLE.
La subversión asesinó a 94 Policías Federales. 26 Oficiales, 40 Suboficiales y 28 Agentes. En los últimos años gracias a un ESTADO INCAPAZ Y UNA JUSTICIA que prioriza los Derechos Humanos de delincuentes, violadores y asesinos a los del ciudadano honesto o el buen Policía, han muerto una cantidad de funcionarios que quizás cuadruplique la cifra anterior.
Esta fecha, 2 de Julio, se instituyó por el hecho narrado como “DÍA DEL POLICÍA MUERTO EN Y POR ACTO DE SERVICIO” y se lo recordaba con una Misa en la Santa Iglesia Catedral, donde se entregaba a familiares directos de caídos el año anterior medallas y plaquetas por los Héroes respectivos. A éste acto lo presidía el Ministro del Interior con presencia de la Plana Mayor de la Repartición, vistiendo uniforme social.
Este 2 de Julio se conmemoró en el Departamento Central de Policía y luego ante el Monumento a los Caídos en Palermo. ¿Hubo Misa?. Porque en la que se celebrara el lunes 3 a la hora 19:00 hs. en la Basílica del Socorro, anunciada la noche anterior en el programa del Dr. Mariano Grondona, hubo un lleno total del templo llegando hasta el atrio de la misma, pero no se vio un solo uniforme policial.
Escuché al sacerdote nombrar a los 24 muertos en Seguridad Federal, pero no hacer ninguna reivindicación de la LUCHA CONTRA LA SUBVERSION. ¿Qué reglamento prohibe al policía o al militar concurrir a un acto religioso de ésta naturaleza con su uniforme?
¿Será que está cundiendo la VENDINIZACIÓN?
Dijo el Presidente en el Colegio Militar de la Nación, demostrando una gran valentía ¡NO LES TENGO MIEDO! ¿Será que los mandos militares y policiales sí le temen al Presidente?. ES MUY PREOCUPANTE.-
GUALTERIO R. BRATER
PERIODISTA
SOCIO ADHERENTE Nº 1890